El equipo ha dado un paso adelante, otro más. Ese es el seguro de vida que tiene el Valencia. La forma de afrontar los partidos ante Getafe y Real Madrid. La iniciativa del vestuario y el compromiso de los jugadores se han hecho sentir por encima de errores políticos, por encima del liderazgo del entrenador. Javi Gracia ha entendido la oportunidad y se ha subido al carro. El entrenador ya ha desperdiciado una vida, después de estropear buena parte de lo sembrado durante la pretemporada en una serie de ruedas de prensa donde descuido las formas en clave grupo y favoreció el exceso de tensión. Teniendo la razón con sus denuncias en el fondo, equivocó el paso -intentando saltar del barco- y el mensaje, haciendo de menos a sus futbolistas: habló de falta de experiencia, de calidad limitada, de profundidad condicionada... incluso habló de no objetivos. Los pesos pesados le han remarcado la línea: la política para los políticos, esto se saca a flote entre todos y esto es el Valencia, aquí sí hay una finalidad, quedar lo más arriba posible.

La salida de Kondogbia ha servido para empoderar -oficalmente- a Carlos Soler y Paulista, miembros del núcleo de mando junto a Gayà y Jaume Domènech. En pleno proceso de alzamiento, Gracia ha avanzado conformado un once estable, más o menos reconocible, por fin, donde puede empezar a cambiar piezas según la necesidad sin que eso signifique inestabilidad. Eso es muy positivo. En las últimas jornadas ha asentado dos apuestas muy importantes para el proyecto: Yunus Musah y Thierry Rendall. Mérito del cuerpo técnico, que con ellos sí ha aprovechado el contexto y sí ha encontrado rendimiento. También ha sumado energía positiva con Toni Lato y ha confiado en Denis Cheryshev. Sin embargo, ha fallado puntualmente en la concordancia entre discurso interno y los hechos. La gestión de otros futbolistas, también necesarios -algunos vitales a nivel estratégico- no ha sido la mejor.

Confianza, pero auténtica

Javi Gracia y el Valencia CF depende de la suma de todos y el cuerpo técnico no puede dejar sin rol a jugadores como Jason Remeseiro o Manu Vallejo, que han pasado de aspirantes al once a la parte más intrascendente del banquillo. Cada caso es distinto, pero bien enfocados guardan cualidades de gran valor. Uros Racic estaba en una situación similar hasta la sanción de Thierry. El serbio exprimió la oportunidad, pero más por ímpetu propio que por trabajo de entrenador. Hasta la media hora que tuvo ante el Getafe había sumado 11 minutos en cuatro jornadas. No tenía minutos de calidad desde Huesca. Tener a todos enchufados es otra cosa.El míster no puede permitirse ese lujo. Javi Gracia tiene que insistir en hacer de Javi Gracia, recuperar esa intención de exprimir cada recurso, esa intención de hacer mejores a sus futbolistas. Álex Blanco, por ejemplo, se ha perdido entre bandazos, de arriba a abajo.

Claves en el mejor Valencia CF

La nueva columna vertebral se está consolidando (Jaume Domènech, Gayà, Gabriel Paulista, Wass, Soler, Maxi), también extremidades importantes como Thierry Rendall Correia o Musah, pero los complementos marcan la diferencia. Hay un trato desigual, no equidistante. La no confianza en Hugo Guillamón (cuarto central hasta la lesión de Mangala, tercer central hasta la lesión de Diakhaby), la no continuidad con Kang In o la desaparición del propio Racic se ha hecho sentir en estas nueve jornadas. Es fundamental saber cómo se siente Guedes. El portugués no puede quedarse atrás: ante Villarreal y Elche, Gracia distribuyó la estructura en torno a su figura, como delantero, liberado de trabajo defensivo, el gran handicap del portugués. Cuestión que debe corregir para ser competitivo y recuperar el rendimiento en su posición ideal, la banda izquierda. Está en una fase de no retorno. Un día blanco otro negro.

La continuidad ha hecho bien a Kang In, al que ha dado con acierto dos partidos seguidos y -después de tener una actuación gris ante el Getafe- ante el Real Madrid hizo un trabajo de nota alta, por participación e intención. Son 19 años. El surcoreano casi marca y picó con frecuencia en los puntos débiles del conjunto de Zidane. Gracia tiene que invertir ahí. La temporada está en que toda esa línea de futbolistas crezca y perciba que hay una guion, que se hace justicia en relación a los méritos y el rendimiento.