La de Mendizorroza fue una noche de oportunidades perdidas, en lo individual y en lo colectivo. Pero también fue una noche de oportunidades aprovechadas, y oportunidades ganadas con vistas al futuro. Manu Vallejo y Gonçalo Guedes, en especial el primero, revolucionaron a partir del minuto 58 a un Valencia que había desperdiciado la primera media hora del partido. El partido fue una guerra de intensidades, una partida táctica dominada en cada mitad por el equipo que encaró lo ensayado durante la semana con mayor agresividad y atención.

El Alavés-Valencia se convirtió en una réplica de lo vivido a finales de octubre en el Martínez Valero de Elche. Aunque en esta ocasión con la fortuna de que la reacción del segundo asalto dio, al menos, para llevarse un punto para casa. No obstante, con inicios de partidos como el de Vitoria el equipo de Gracia parece condenado a perder más puntos de los que gane. Como en Elche, el Alavés se retiró al ecuador del duelo con dos tantos de ventaja. Y eso que, tanto por lo transmitido por el cuerpo técnico de Gracia como por la experiencia del pasado, los futbolistas estaban avisados de la peligrosidad de dormirse en terreno alavesista.

La falta de atención y coordinación entre los mediocentros propició el remate a gol, a sus anchas en el corazón del área, de Ximo Navarro, en un saque de esquina. El mismo jugador que provocó el penalti posterior de Guillamón, que acudió a la desesperada a solventar los desajustes defensivos ocasiones tras una de las múltiples pérdidas del primer tiempo. A partir de ahí, el Valencia despertó. Adelantó unos metros las líneas. Pero el cambio verdadero lo propiciaron Manu Vallejo y Guedes, que se mostraron para conectar con un Carlos Soler desmelenado y decidido a comandar la remontada.

Manu Vallejo desbarató a la defensa local tocando de primeras y moviéndose como un felino entre los centrales. Así hizo buena la asistencia de Gameiro para el 2-1. Después Soler no tardó en igualar la partida a balón parado con un servicio perfecto a Guillamón (2-2). El lado oscuro lo pisaron Kang In o Gameiro, que no aprovecharon su ocasión como Guedes o Manu.