Pocos minutos después del partido del pasado domingo frente al Alavés, la ocasión desaprovechada por Kevin Gameiro daba vueltas en las cabezas de los valencianistas. El francés, solo delante de Pacheco, envió a las nubes un balón inmejorable para haber sellado el triunfo. La consumación de la remontada mandada al limbo. Sin embargo, la lectura posterior que hizo Javi Gracia en la sala de prensa de Mendizorroza fue muy distinta, más fría y alejada de la calentura por las oportunidades de gol perdidas en la segunda parte del duelo. «A mí me da más rabia la primera parte y todo lo que hemos concedido al rival para ponerse con tanta distancia en el marcador. Conceder tanto gol, creo que no es un buen camino. Tenemos que esforzarnos más y ser más sólidos en defensa. No tenemos que necesitar hacer tantos goles para sacar los partidos».

«Conceder tantos goles no es el camino», «tenemos que esforzarnos más y ser más sólidos en defensa». No son mensajes nuevos. El entrenador los ha repetido constantemente en el seno del vestuario, y también anteriormente en la prensa. Uno de los propósitos que se marcó el cuerpo técnico de Gracia al asumir el cargo fue, como en su día Marcelino, el de reducir drásticamente la cantidad de goles en contra para volver a disfrutar de un Valencia competitivo y pujante por las posiciones europeas de la clasificación de la Liga. En la temporada 19/20 los blanquinegros terminaron recibiendo 53 goles en 38 jornadas, una cantidad que lo condenó a perder hasta 13 partidos y no pasar de la novena plaza. Ahora la tendencia, con 16 tantos encajados en los diez primeros partidos, amenaza con ser todavía peor.

Por lo tanto, el Valencia de Gracia necesita cortar la sangría de cuajo. No hay tiempo para transiciones cuando el próximo visitante es el Atlético de Madrid. Tanto el cuerpo técnico como los pesos pesados del vestuario son conscientes de que frente a un bloque de la naturaleza del rojiblanco parece utópico tener opciones de victoria, si vuelve a darse un guion de partido en el que haya que ir a contracorriente como sucedió en Vitoria... y otras seis ocasiones en la presente Liga: Real Madrid (4-1), Elche (2-1), Villarreal (2-1), Betis (0-2), Celta (2-1) y Levante (4-2). Siete partidos en los que las faltas de concentración en el ‘primer cuarto’ han costado muy caro, tan caro como ver al Valencia en solo diez jornadas a 11 puntos de un líder atípico como la Real Sociedad, al menos, a cinco de la zona Champions y fuera de toda posición europea. Esa es la dura consecuencia de haber sumado tan solo siete puntos sobre 21 posibles por no entrar desde el minuto 1 con los cinco sentidos activadas a nivel defensivo.

El Atlético de Madrid, por el contrario, llegará a Mestalla con cifras opuestas, a pesar de conceder más de lo que parece en una hoja de servicio hasta la fecha que solo registra dos goles en contra en ocho partidos jugados. Jan Oblak es el gran responsable, con seis porterías a cero, de que los de Simeone empiecen a ganar los partidos desde atrás, tal y pretende Javi Gracia para el Valencia. El Atlético no ha cedido ni un solo punto en la Liga en los partidos en los que ha logrado adelantarse: Granada (6-1), Celta (0-2), Betis (2-0), Osasuna (1-3), Cádiz (4-0) y Barcelona (1-0). Esta temporada cuando ha dado el primer golpe solo en Lokomotiv en la Champions pudo empatar... pero desde el punto de penalti.

El Valencia solo ha dejado una vez la portería a cero. Fue en el 0-1 de San Sebastián. El contexto que se avecina en menos de un mes -partidos de Liga frente a Atlético, Athletic, Barça, Sevilla­- obliga a aumentar exponencialmente los rendimientos defensivos. La necesidad inmediata de empezar a maquillar un año natural horrible para el Valencia. Cerca de 11 meses, en los que la debilidad como bloque lo ha apartado de la zona competitiva de la Liga. Solo el Betis (50) ha visto su red perforada más veces que las 44 sufridas por los de Mestalla desde enero en partidos de Liga.

Hasta el momento, con Gracia al mando, la racha no ha podido cortarse. Los valencianistas son el tercer equipo más goleado en esta Liga 20/21, en la que han concedido 15 remates por partido. Entre los tres palos, 50 en el total de las diez jornadas, más que nadie. Diez más que Betis y Elche (40). La gravedad de los números evidencia un problema colectivo, cuya solución pasa por que la defensa y el portero tengan la ayuda de medios y delanteros en la tarea defensiva.