La coyuntura del Valencia CF exige pasos adelante y Manu Vallejo también quiere dar el suyo. El gaditano se ha convertido en el mejor suplente de LaLiga con 3 goles saliendo desde el banquillo. Ningún otro futbolista de primera división lo ha hecho en las diez primeras jornadas. Sin embargo, la ambición de Manu no le permite conformarse con el rol suplente y la etiqueta de revulsivo de su primer año y de este arranque de temporada a las órdenes de Javi Gracia. El de Chiclana de la Frontera quiere hacerse fuerte y ganar protagonismo en el equipo a base del trabajo, la humildad y las ganas por triunfar que le caracterizan. Todo eso y por supuesto, goles. Como el del domingo en Mendizorroza. O los dos al Levante en el Derbi de la primera jornada. Manu pide paso en el Valencia con el segundo mejor promedio realizador de todo el campeonato. Tiene argumentos para merecer más minutos. Lo suyo es eficacia probada.

El gaditano promedia un tanto cada 63 minutos por delante de los grandes goleadores de LaLiga. Solo el portugués del Real Valladolid, Jota, tiene un registro mejor gracias a su aparición milagrosa el pasado fin de semana en Los Cármenes de Granada. Debutó y marcó en sus primeros y únicos 13 minutos de la temporada. Más allá del luso, Manu manda sobre el resto de jugadores del campeonato. Roberto López, la joven perla de la Real Sociedad, marca cada 72 minutos. Tras él aparece una larga de jugadores 'top' como Luis Suárez (75'), Mariano (98'), Mikel Oyarzabal (104'), Ansu Fati (108'), Joäo Félix (113'), el propio Carlos Soler (115') y el azulón Ángel Rodríguez (119').

Manu sigue pensado que esta temporada es la de su consolidación en el Valencia y más después de ver cómo salieron jugadores importantes de la plantilla en verano. El chiclanero arrancó de la mejor forma posible el año con un doblete al Levante. Sin embargo, no ha tenido continuidad. Su mala actuación contra el Huesca en su primera y única titularidad de la temporada le penalizó demasiado. Hasta el punto que ni siquiera participó contra el Getafe y el Real Madrid. Venía de dos banquillazos consecutivos. Sin embargo, Manu no alzó la voz y mucho menos tiró la toalla. Al contrario. Trabajó, fiel a sus principios, todavía más duro en Paterna para revertir su situación. El domingo dio un primer paso al frente saliendo al rescate del equipo. Revolucionó el partido, transmitió y contagió de entusiasmo a sus compañeros y empezó a meter en serios problemas a los defensas del Alavés. Anima, agita, transmite y suma. Su energía y fe para creerse la remontada fue la del Valencia. Jugará mejor o peor, pero siempre que está sobre el terreno de juego pasan cosas. Es la ley Vallejo.

A Manu le gustaría ser más protagonista en este Valencia, pero su mentalidad no cambia. Por su cabeza solo pasa aportar siempre al servicio del equipo, salga de titular o desde el banquillo. "Estoy contento, siempre que uno mete gol es señal de que está ayudando al equipo, al final estamos para eso, para ayudar al equipo en forma de goles, en forma de trabajo, para sumar puntos. El que me conoce sabe que se siempre me ha encantado el fútbol, es importante eso para, cada vez que tengo la oportunidad, lo doy todo con la máxima ilusión y el máximo trabajo. Somos unos privilegiados por estar donde estamos y es lo mínimo que se nos puede pedir a todos. Aquí estamos para aprovechar las oportunidades desde el principio, desde el banquillo, más tiempo o menos tiempo, y a partir de ahí sumar como equipo", decía en declaraciones al club.

De momento, Manu ya ha superado los 2 goles de la temporada pasada al Valladolid y Granada. Lleva 3 y tiene más de media Liga por delante para seguir sumando y creciendo. Con alegría, ilusión y positivismo. Su espíritu es el camino.