A los diez minutos de su primer entrenamiento en la Academia del Valencia CF l Jesús no solo era superior en lo físico, además, jugaba demasiado bien a fútbol para tener la edad que el niño decía que tenía: cinco años.

Jesús nació en Mérida porque allí fue el último equipo en el que jugó su padre, Braulio Vázquez, pero lleva en València desde los cinco años. Hoy debutará con el primer equipo del Valencia CF en Copa del Rey por el positivo de coronavirus de Lato, y en su familia todo son nervios, que ya se sabe que en casa del herrero cuchillo de palo. Braulio fue director deportivo del Valencia CF y entre otros responsable de fichajes como Dani Parejo, Diego Alves o Ernesto Valverde, pero esto le supera. Ahora es el director deportivo de Osasuna, con el que logró el ascenso a primera división y el salto definitivo a la primera línea de los ‘cazadores de talento’ con el fichaje del Chimy Ávila. Pues eso, cuchillo de palo. Le supera.

Pero Jesús está harto de leer en los periódicos que es el hijo de Braulio y parece preparado para ser Jesús Vázquez. Lleva demasiado tiempo esperando el momento de su debut con el primer equipo y es, sin lugar a dudas, lo que se puede calificar como un perfecto producto de la cantera del Valencia CF porque ha pasado por todas las categorías. Cuando llegó Mateu Alemany apostó por cuatro jugadores de cantera, Kang In, Ferran Torres, Jordi Escobar y él. De los cuatro, dos son futbolistas de élite y él está en el sitio ideal en el momento adecuado. Y es un producto perfecto de cantera, de lo que busca el Valencia CF, porque si algo distingue a Jesús -además de que se le da tan bien jugar a fútbol que es internacional con las categorías inferiores de la selección española- es que muy valencianista. Su padre ya puede contar la vergüenza que sintió al verlo cantar en la Avenida de Suecia como un poseso la noche del 5-0 al Basilea cuando él ya no era director deportivo del Valencia CF y recuerda nítidamente como algunos aficionados lo descubrieron a él, escondido en una esquina vigilando a su pequeño al tiempo que disfrutaba viéndolo feliz. Ese día, el que será hoy lateral izquierdo del Valencia CF era uno de tantos jóvenes enloquecidos en cuyas retinas quedaron reflejadas para siempre las imágenes de su primera noche mágica en Mestalla, la que jamás se olvida.

Jesús estaba predestinado a jugar en el Valencia CF, es un asiduo de Mestalla y fue un aficionado más celebrando la eliminación del Betis en semifinales de Copa, aquella celebración que Pablo Machín no le pareció bien cuando entrenaba al Sevilla. Y enloqueció con los trepidantes minutos finales del inolvidable partido ante el Getafe. Y estuvo en la final de Sevilla. Ha mamado el Valencia CF desde dentro y desde pequeño y eso le llevó a no querer saber nada de las muchas ofertas que tuvo sobre la mesa en su última renovación con el Valencia CF, pero termina contrato en 2022 y bien haría el club en no descuidarse porque amenaza con explotar del todo. No en vano, los técnicos de la Academia admiten que está en su mejor momento. Es la última pieza de la inacabable fábrica de defensas zurdos en que se ha convertido la ciudad deportiva y ahora empieza el camino que le ha de llevar a dejar de ser el hijo de Braulio Vázquez, ese camino por el que un día Peter Lim, en un restaurante de la Patacona, quiso hacerse una foto con él y no con su padre... De querubines al primer equipo.

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Jesús Vázquez: lo tiraron del primer entrenamiento en la Academia