La de Koba Koindredi es una de esas historias poco comunes en el fútbol, su trayectoria es tan atípica como curioso el trayecto que le llevó hasta la Academia del Valencia CF porque sus orígenes están justo al otro lado del planeta, nada más y nada menos que en pleno océano Pacífico. Su familia viene del suburbio de Païta, Numea, en la provincia sur de la isla de Nueva Caledonia. En 1916 el abuelo de Koba abandonó Nueva Caledonia para defender a Francia en la primera guerra mundial y con él fue se hijo, el padre de Koba, que años después, siendo también militar, fue destinado a Yibuti, un país de África Oriental, en misión de paz. Y hasta aquel país del cuerno de África marchó toda la familia unida, porque esa ha sido siempre una de las máximas de la familia del ahora centrocampista de la entidad de Mestalla: permanecer unidos.

Por eso jugó mucho tiempo en el modesto y amateur EFC Fréjus Saint-Raphael, el equipo de su localidad al sur de Francia, cerca de Cannes. No fueron pocos los equipos que trataron de echarle el lazo, pero de la misma manera que nació en Yibuti porque la familia quiso permanecer unida, rechazó diferentes propuestas para no separarse de los suyos. Si el niño estaba a gusto y además iba bien en los estudios, no había motivos para cambiar. Hasta que en mayo de 2017 le llamó una de las mejores canteras de Francia; el RC Lens. Probó, se quedó y su ascenso fue fulgurante hasta el punto que le abrió las puertas de las categorías inferiores de la selección francesa.

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Koba Koindredi: De nueva Caledonia a Terrasa

Pero no todo fue un camino de rosas para Koba en el Lens. Le arrinconaron ante el temor de que se lo llevaran equipos ingleses e italianos dado su potencial. El Lens no supo gestionar la situación, se le fue de las manos y en ese río revuelto acabó pescando Pablo Longoria, ahora director deportivo del Marsella, que entonces era coordinador de la secretaría técnica valencianista. ¿Qué armas utilizó Longoria para convencer a Koba y su familia de que el Valencia CF era su mejor opción? Fundamentalmente dos jugaron en su favor. Una que a Koba le gustó que a pesar de la grandeza que para él tenía el Valencia CF, se puede ser canterano y llegar al primer equipo. Ferran Torres y Kang In Lee fueron sus ejemplos del momento. Pero Longoria contaba con otra circunstancia a su favor: el mar Mediterráneo. Para Koba y su familia, con raíces en una isla del Océano Pacífico estar cerca del mar significa mucho. La familia al completo apostó por el Valencia CF y ahora pueden ver cumplidos su primer sueño: jugar un partido oficial con la camiseta valencianista. Desde Nueva Caledonia a Terrassa.