El gran valor de la defensa

El Valencia redujo al Valladolid, que apenas llegó al arco de Jaume en momentos muy puntuales. Solo en Anoeta y Eibar se había acabado sin recibir gol

El gran valor de la defensa

El gran valor de la defensa

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

El valor de lo hecho, y lo conseguido, por el Valencia CF en Valladolid se resume gráficamente en los números. Solo en tres de las 18 jornadas de Liga el conjunto de Javi Gracia ha podido dejar la portería de Jaume Domènech a cero. Frente a la Real Sociedad (0-1), la SD Eibar (0-9) y el 0-1 de ayer en Pucela. Mucho tiempo después, los valencianistas volvieron a experimentar cómo a la victoria se llega mucho más fácil por el camino de la buena defensa. Las cifras vuelven a demostrarlo, el mejor balance de la temporada, siete de nueve puntos posibles, es el conseguido en esos tres partidos en los que el Valencia no encajó goles.

Tácticamente brillantes

El Valencia, además, dio un paso al frente en el frío extremo del José Zorrilla. Los blanquinegros firmaron el mejor partido en términos defensivos de lo que va de curso. Durante los primeros 45 minutos el Valladolid, que tenía el ánimo arriba tras su triunfo en Getafe, fue incapaz de pisar área adversaria en su propio feudo. Jaume Domènech vivió tranquilo gracias a la sobresaliente respuesta táctica de prácticamente todos sus compañeros. Las líneas del Valencia -como se observa en el gráfico de las posiciones medias- se mantuvieron juntas, férreas, intensas y presionando en bloque alto. Además, mientras tanto, el equipo supo desplegarse en ataque mediante el control de las dos bandas. La declaración de intenciones del Valencia fue muy clara desde el inicio. Wass y Gayà desarbolaron, con centros y balones al área constantes desde uno y otro flanco, a un Valladolid preocupado de borrar a Maxi en la parcela central del ataque.

Con el balón, los pucelanos no encontraron salidas. Los de Gracia no perdieron la concentración y, únicamente, se vieron en apuros en los primeros diez minutos de la segunda mitad y, claro, en el tiempo de descuento, cuando un remate al poste del Valladolid tras una falta lateral sacada por Orellana -solo el chileno dispuso en sus botas de chispa para romper en un par de ocasiones las líneas ayer ‘taronjas’- puso los corazones valencianistas en un puño.

La clave del éxito, cuando la puntería no dio para más que el lejano gol de Soler, descansó en el trabajo colectivo. La labor defensiva de todos. Entre ellos, Racic como ‘stopper’ necesario. El Valladolid estuvo maniatado casi siempre, disparando solo cuatro balones entre palos. El Valencia no dejaba la portería a cero desde el 7 de diciembre en Eibar (jornada 12) y el 29 de septiembre en Anoeta en la jornada 4.