Como casi imploraba Javi Gracia durante las ruedas de prensa de las últimas semanas, por fin los resultados están yendo de la mano de un Valencia CF que ha trabajado siempre en la búsqueda de los mismos. La labor conjunta de cuerpo técnico y equipo ha comenzado a dar algunos frutos desde la madurez que ofrece el tiempo a jugadores como, por ejemplo, Uros Racic, que apenas contaban con experiencias en un fútbol tan competitivo como el español.

A fuerza de encadenar partidos en un centro del campo sin refuerzos en el pasado verano, el serbio de 22 se ha ido asentando en el doble pivote al lado de Carlos Soler. Sin embargo, es en las citas como la de este domingo ante el Alcorcón, en ausencia del '8', en las que se observa la progresión llevada a cabo por Uros. Frente a los madrileños fue él quien lució galones en la medular, encargándose además de guiar a Koba Koindredi compañero en la línea de medios con menos edad y experiencias en el primer equipo blanquinegro.

Personalidad y presencia

Desde el inicio del partido, Uros Racic se dejó notar en la zona media del campo principal de la Ciudad de Fútbol. La pareja de jóvenes mediocentros titulares en los dieciseisavos de la Copa hizo jugar con fluidez al Valencia. Uno y otro fueron responsables -no únicos, pero sí directos- del control de la situación que mantuvo el Valencia durante prácticamente los 90 minutos de la eliminatoria. Los de Gracia no solo dominaron la posesión del esférico (48%-52%), sino esencialmente los ritmos a excepción del primer cuarto de hora de la segunda mitad.

Menos fino con el balón que Koba, el empuje físico y la capacidad de abarcar terreno de Racic resultaron básicos en la presión alta que encerró al Alcorcón hasta desnivelar la balanza. La seriedad del Valencia en todas las líneas, desde la seguridad transmitida por Cristian Rivero, Lato o Guillamón, hasta la movilidad de Vallejo, pasando por los desbordes de Musah por la derecha, limitó las opciones del rival de Segunda A. Racic se creció para reinar en la medular, hasta el punto de que pisó zonas de gol para estrellar dos remates al palo.