Nunca estuvo tan lejos el Atleti

Un mundo separa en la clasificación al Atlético del Valencia de Meriton, que tiene un difícil reto para abrir la segunda vuelta con nuevas energías

Nunca estuvo tan lejos el Atleti

Nunca estuvo tan lejos el Atleti

Cuando el Atlético de Madrid fichó a Diego Pablo Simeone, diciembre de 2011, el Valencia era tercero en la clasificación de La Liga con 33 puntos. El club rojiblanco, décimo con 19. La temporada anterior había acabado el conjunto de Emery igualmente tercero, en puesto de Liga de Campeones, con 71 puntos, muy por encima de los 58 que dieron al Atlético una séptima posición. Hoy, diez años después, el Valencia CF se presenta en el Metropolitano -porque el Atlético sí concluyó su nuevo estadio- con una desventaja sonrojante, 24 puntos menos que su rival, líder en la clasificación y campeón de invierno con 44 puntos pese a haber disputado dos partidos menos. Es una diferencia récord, insultante a estas alturas de competición y una vez finalizada la primera vuelta, que dan una idea de las diferentes trayectorias que dibujan ambos proyectos en los últimos años.

Un Atlético de Madrid que supo aprovechar sus buenas temporadas en la Champions dar el salto cualitativo a nivel presupuestario y en consecuencia en lo que respecta al nivel de su plantilla, con un entrenador que cumple ya su décima temporada en el banquillo. Así, vive desde entonces instalado en la élite frente a un Valencia CF que se mueve a merced de los vaivenes de Meriton, que en esta temporada 20/21 parece haber tocado fondo y lo han llevado al peor escenario imaginable, en plena pelea por la permanencia.

Más difícil

Los números de este Atlético, al que se enfrenta el equipo de Javi Gracia después de no haber podido derrotar a Osasuna en casa hace apenas unos días, asustan. Ha perdido un partido en toda la primera vuelta, solo ha recibido siete goles y en el Wanda ha ganado a todos excepto al Villarreal, con el que empató a cero. Son datos que dan al Valencia CF pocas opciones. A un partido todo es posible, de hecho si hay algún argumento al que agarrarse es al hecho de que el Valencia ha sumado y competido a un nivel alto ante los mejores equipos, Real Sociedad, Real Madrid o Barça.

Es precisamente el Atlético, sin embargo, la excepción. No hace ni dos meses que se enfrentaron los dos equipos en Mestalla y, aunque fue un partido igualado durante muchos minutos, el conjunto de Simeone lo acabó desequilibrando en la recta final y se llevó los tres puntos con un desgraciado autogol de Toni Lato.

Para el Valencia, que viene de cerrar la primera vuelta con números de descenso, una de las peores de su historia, no es a priori una buena noticia medirse al Atlético en el partido que abre la segunda, cuando necesita un buen resultado, una victoria, para romper con todo lo anterior y arrancar con fuerza la fase decisiva de La Liga. Aunque, en caso de lograrlo, será un refuerzo extraordinario para un equipo que parecía arrancar con tres victorias entre Liga y Copa aunque llega cogido con alfileres en el centro del campo, con Racic y Soler tocados y Wass sancionado. Koba y Esquerdo son las alternativas. Mientras, Kondogbia y el deseado Torreira son las del Atlético y puede que el técnico ni siquiera eche mano de ellos. Es la diferencia entre una plantilla y la otra.