LA INTRAHISTORIA

Una victoria de brazalete

Los capitanes trabajaron al servicio de Gracia y el equipo durante la semana para aislar a todos del ruido y centrarse en alcanzar los 30 puntos

Los capitantes celebran la victoria contra el Villarreal en el vestuario

Los capitantes celebran la victoria contra el Villarreal en el vestuario / Valencia CF

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

Los cuatro capitanes del Valencia CF -José Gayà, Jaume Domènech, Carlos Soler y Gabriel Paulista- están siendo un pilar sólido sobre el que se apoya con éxito el cuerpo técnico de Javi Gracia para mantener el compromiso de todo el grupo en los momentos más duros de la temporada. Las conversaciones del entrenador con cualquiera de los cuatro y de estos con el resto del grupo son habituales en la Ciudad Deportiva antes y después de cada partido.

En este sentido, la semana pasada los líderes del vestuario trabajaron en sintonía con los técnicos con tal de aislar a todo el equipo, sobre todo a los menos experimentados, del ruido generado en el entorno valencianista. Las palabras en el interior del vestuario de hombres como Gayà, primer capitán, sirvieron para que el conjunto blanquinegro saliese al derbi frente al Villarreal con los cinco sentidos puestos en el campo y en la necesidad de alcanzar la treintena de puntos. Centrados en el objetivo de encontrar cuanto antes la tranquilidad en la Liga por encima de las noticias sobre el futuro desembarco del príncipe de Johor en la administración del club, o por encima de la polémica reunión entre Anil Murthy, presidente del Valencia, quien fue a su cita por el Nou Mestalla sin un solo papel, y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

La enésima remontada del Valencia, un equipo al que no se le puede acusar de bajar los brazos, terminó siendo también fruto de la labor de sus capitanes. De ahí los gritos enfurecidos de Gabriel Paulista con el segundo tanto de Guedes. El hispano-brasileño se desquitó de las lágrimas de impotencia de hace una semana en Getafe. En el momento especial del gol final, así como dentro del vestuario del estadio, los futbolistas del Valencia se desfogaron de la tensión acumulada.

"¡Xavi, Xavi! ¡Es penalti!"

Durante el partido la actitud de los capitanes dejó muestras de liderazgo con el que tiran del carro. Soler asumió el lanzamiento del penalti con responsabilidad para celebrar el 1-1 momentáneo besándose el escudo. Antes, sin embargo, lo que paralizó a los presentes fueron los gritos con los que Gayà marcó lo que había pasado a Estrada Fernández después de que Pedraza derrumbara en el área a Maxi. «¡Xavi! ¡Xavi! ¡Es penalti!». Labor de capitán.

Más tarde, en el vestuario, los cuatro capitanes colgaron una fotografía que es reflejo de la unión y la felicidad por haber comprobado como el equipo se aisló a la perfección para luchar por los tres puntos hasta el final. Los cuatro la compartieron en sus redes y, por ejemplo, Jaume escribió: «Orgulloso de mis compañeros y de la grandeza y los valores de este equipo. Desde el recibimiento sentíamos que no podíamos perder. 'Tots junts'». Se refería al recibimiento de la CN10 en el camino del hotel a Mestalla.

Una victoria de brazalete

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