La temporada del Valencia CF es tan dramática que visita El Sadar a falta de siete jornadas para el final de LaLiga con el mismo objetivo que Osasuna: ganar y alejarse definitivamente la zona de descenso con una victoria que les acercaría a los 40 puntos en la clasificación. Es la triste realidad de un Valencia de Javi Gracia que deambula en tierra de nadie sobreviendo a base de impulsos, el empuje de sus capitanes y los chispazos de calidad de algunos de sus jugadores como Gonçalo Guedes. Osasuna (37 puntos) afronta el partido con el objetivo de certificar la permanencia virtual en primera después de una segunda vuelta impresionante en número de Europa, algo impensable cuando los navarros acumularon trece fechas sin ver los tres puntos. La situación del Valencia es todavía peor con 35 puntos (dos menos que los rojillos) y con la sensación de que el equipo, lejos de ir a más como Osasuna, sigue estancado con los mismos problemas de siempre a los que jornada tras jornadas Gracia no ha conseguido encontrar soluciones. La Superliga del Valencia de Meriton es llegar a los 40 puntos. Como Osasuna.

Uno de los grandes problemas del Valencia esta temporada (heredado de la anterior) es su debilidad como visitante. Solo ha ganado dos partidos lejos de Mestalla en LaLiga (Real Sociedad y Valladolid). Para encontrar el último hay que remontarse al mes de enero. El equipo se enfrenta de nuevo a su particular drama en Pamplona después cuatro derrotas consecutivas (Real Madrid, Getafe, Levante y Cádiz) y un empate para la esperanza en el Benito Villamarín. El otro gran déficit del equipo es la fragilidad en defensa. El equipo da muchas facilidades, concede ventaja a los rivales y se obliga a empezar debajo del marcador y a jugar a remolque muchos minutos.

Si el Valencia ha estado más fino arriba es gracias a Gonçalo Guedes. El portugués está atravesando el mejor momento de la temporada desde su nueva posición de segundo delantero. Determinante en fase ofensiva y comprometido en tareas defensivas. La transformación del ‘7’ ha sido recibida por Gracia y el equipo con los brazos abiertos. Guedes vuelve a ser un elemento diferencial y eso es sinónimo de estar más cerca de puntuar en cada partido. Con Gonçalo, eso sí, no bastará. El equipo necesitará más que un inspirado Guedes para ganar en El Sadar empezando por igualar la intensidad y la actitud. Así lo anunciaba Gracia en sala de prensa. «Osasuna está en un gran momento por resultados y sensaciones, desde el partido de Mestalla ha ganado muchos partidos y ha caído derrotado en tres ocasiones (Betis, Sevilla y Barcelona). Es un rival muy exigente y lo que está claro es que no vamos a ganar si no igualamos su intensidad y su actitud sobre el campo. Es un rival muy comprometido, honesto y trabajador que está haciendo las cosas muy bien».

El factor Braulio

La calma y la confianza de Braulio Vázquez en el trabajo de Jagoba Arrasate han dado la razón a una directiva rojilla que no dudó en dar su total apoyo al técnico. La segunda vuelta está siendo excepcional y los de Tajonar no bajarán el ritmo con la ilusión de quedar lo más alto posible.

Arrasate hará cambios respecto del último once inicial que venció a los ilicitanos para dar aire al equipo con la entrada de nuevos futbolistas y, así, el argentino Roncaglia tiene papeletas de ocupar el lateral derecho en detrimento de Nacho Vidal, mientras que Torró podría estar acompañado de Oier. El gran momento de forma que vive Kike Barja hace difícil que su entrenador le vaya a sentar. El de Noáin ha pasado de ser un revulsivo eficaz a un jugador titular que va ganando protagonismo con el paso del tiempo. También parece segura la nueva titularidad de Aridane y David García. El pasado domingo despejaron con contundencia todos los balones por alto, además de salir vencedores en todos los uno contra uno que planteó la delantera contraria. Osasuna lleva cuatro goles en dos partidos y solo un tanto encajado en cinco choques en los que los pamploneses han sumado 9 puntos que valencia media categoría.