El Valencia resucita demasiado tarde frente al Barça

Un trallazo de Soler con el final encima devuelve al equipo de Gracia a un partido en el que llegó a ir ganando antes de poner el piloto automático tras los goles de Griezmann y el doblete de Messi

Rafa Marín

Rafa Marín

La postal al final del partido resultó reveladora de las contadas virtudes y excesivas limitaciones del Valencia, que había entregado la cuchara cuando un trallazo de Soler a la escuadra de Ter Stegen le dio una dimensión inesperada a los últimos minutos. Fue una resurrección tardía después de haber desperdiciado mucho tiempo y hasta un gol de ventaja, el que marcó Gabriel Paulista nada más volver del descanso. Al equipo de Javi Gracia se lo llevó la corriente por su torpeza en los momentos claves, especialmente en las áreas. Forzado por las circunstancias, Diakhaby terminó en el sitio donde el entrenador había experimentado con Lato, autor del penalti y fuera de la foto por lesión en la jugada que precipitó la remontada. A seis puntos del descensoy jugando con el piloto automático desde los goles de la remontada, llegó a ser flagrante la ausencia de alguna tentativa para levantarse. Una sensación que empezó por el banquillo, con solo un cambio y además por obligación. Tan solo quedaban diez minutos cuando salieron Oliva y Gameiro por el qué dirán. Un arrebato como el de Soler no estaba en el guión. Al menos sirvió para no dejar el pabellón de los blanquinegros tan por los suelos.

El vacío a los fichajes ya no sorprende. Exprimida la confianza en Diakhaby, Gracia se inventó a Lato de tercer central. El chaleco anti-balas del 5-3-2, inspirado en la reciente sorpresa del Granada, fue tan simple como efectivo aunque acabó saltando por los aires con dos centros de Jordi Alba. En su pelea por el título, del que se resiste a soltarse, el Barça no tardó en constatar la vulnerabilidad de una propuesta en la que se debía rozar la perfección para que surtiera efecto. Bastó con un par de minutos para ponerla en cuestión. Pese a la acumulación de futbolistas por el centro, las primeras oportunidades llegaron por ahí. La más clara, a los dos minutos, un disparo de Pedri tras una triangulación con Griezmann y De Jong. Poco después, Cillessen paró con el cuerpo un remate a bocajarro de Araújo que botó Messi a balón parado. Y es que, por más seguridad que diese ver por el retrovisor al portero holandés, el Barça llegaba con mucho peligro. Los pases iban en cadena hasta que Messi o Griezmann daban el último en profundidad al área pequeña. Sin embargo, el atasco estaba en las alas, mucho más por la derecha que por la izquierda, donde Alba avisó pronto de lo que se vendría encima al poner en aprietos un par de veces a Correia.

Aunque de más a menos, lo mejor del Valencia volvió a ser el bullicio de Guedes. En un equipo falto de gatillo, las carencias se observan especialmente en la pólvora mojada de Maxi Gómez. La única manera de enfocar la portería visitante fue penalizando los desajustes del Barça a base de transiciones. Así llegó la gran oportunidad de la primera parte. Guedes aprovechó un renuncio de Araújo para lanzar una contra que Gayà acabó con un tiro demasiado cruzado. A los cinco minutos, otra desatención obligó a aparecer a Ter Stegen. En su intervención más preclara, Maxi se limpió a dos rivales con un cabezazo para la internada otra vez de Gayà. Llegando desde atrás, Racic remató con la superfície inadecuada. El plan iba funcionando.

El equipo de Gracia empezó a gestionar mejor el balón, con los centrales abiertos en fase ofensiva, Gayà pisando área en las transiciones y Soler arrancando y frenando, la especialidad de la casa. También se estabilizó atrás y hasta llegó a defender cómodo gracias a la falta de desborde de un rival sin espacios que jugaba al pie. Lato, que arrancó nervioso y jugando para atrás, fue creciendo y cortándolo todo, incluido un centro en boca de gol que le quitó de los pies a Griezmann.

En la partitura que mejor interpretan, Guedes y Soler armaron una contra nada más volver del descanso. Fue el origen del gol. El valenciano condujo y el portugués, que se metió un sprint supersónico, lo hizo todo bien salvo elegir la superfície de contacto en el disparo. Ter Stegen despejó a córner y en el saque se rompió el partido. El VAR revisó si hubo falta de Correia pero quedó claro que fue más un error propio que un bloqueo lo que motivó que el portero se fuera al suelo. El balón llegó limpio a Paulista en el segundo palo para que lo cabeceara a la red. El gol dejó grogui por unos minutos al Barça, al que Correia tuvo la oportunidad de sentenciar en la siguiente contra. Y ya se sabe qué pasa cuando se perdona a un equipo que se está jugando la liga.

En su última jugada antes de lesionarse, Lato empañó su partido cuando se le hizo bola la responsabilidad y sacó a pasear las manos para evitar que el balón le llegara a De Jong. Por partida triple, la mala suerte se volvió a cebar con el Valencia. Aunque se habría repetido porque porque estaba adelantado, Cillessen paró el penalti mientras que Paulista puso el muslo y escupió el primer rechace de Pedri. Sin embargo, ya no hubo remedio para el segundo, embocado por Messi para poner el empate y resarcirse del error en la pena máxima. Sin vuelta atrás, la remontada no se hizo esperar. Lato volvía a su posición tras ser atendido en la banda cuando Alba metió otro centro de nuevo a la testa de De Jong. El remate en ventaja de su compatriota exigió una estirada de Cillessen, vencido cuando Griezmann se aprovechó del rechace de la misma manera que había llegado el 1-1. Ahí se acabó realmente la contienda.

El Valencia, salvo el arreón con Soler de los últimos minutos, ya no se encontró y Messi le puso la puntilla con una falta que dio en el palo antes de besar la red. Después de que Diakhaby flirteara con otro penalti por manos, el 2-3 cogió frío hasta al propio Valencia.