De pequeño jugaba a los botones en un asilo soñando que era el sexto de la delantera eléctrica. Casi un siglo después, lucha para que los niños de ahora no pierdan esa ilusión por culpa de Meriton. SUPER visitó a Pepe en el barrio de Benicalap para conocer su historia de amor al Valencia de 91 años «y medio».

Se ha hecho famoso, Pepe.

Sí, sí (ríe), me llamaron mis sobrinos para decirme que había salido en todos los periódicos y en las televisiones. Me hicieron muchas fotografías, pero no me di cuenta ni de la mitad. Yo lo único que quería era apoyar y que al día siguiente ganara el Valencia.

¿Qué le decía la gente en la calle?

Me daban la mano, me la chocaban. Le doy las gracias a todos los que tuvieron buenas palabras para mí. ¡Todo el mundo me conocía! Mis sobrinos me decían: ¡Tío no te sofoques que esto va para largo! Pues ya lo sé que va para largo, pero ¿qué voy a hacer? ¿Quedarme quieto? No puedo cortarme la lengua. Es mi sentimiento y al que le guste bien y al que no también.

¿Fue a la manifestación solo?

Solo, solo. Salí de casa solo, me puse la gorra porque no me había cortado el pelo. ¡Así disimulaba un poco! Cogí la bufanda y me fui solo. Yo pensaba que llegaríamos a los 5.000, pero allí había más gente. Más de 6.000. Me dio mucha alegría. Salí de casa a las tres y llegué a las cuatro. Éramos cuatro aficionados, pero a medida que iba viendo llegar a la gente el cuerpo me daba una impresión y pensaba 'Pepe no te has equivocado'. Luego en la marcha empecé de los primeros y acabé de los últimos... Por la noche no podía dormir, pensando en una cosa y en la otra. Al final acabé tomándome la media pastillista para dormir que me recomendaron para coger el sueño.

Cuéntenos un poco de usted y su historia con el Valencia.

Yo vivo aquí en Benicalap, tengo 91 años, no 92 como hay gente que ha dicho y soy valencianista desde que tengo conocimiento. Estuve cerrado en un asilo y hasta los quince años no pude salir. Yo allí siendo un niño ya jugaba a los botones. ¡Tenía el equipo de la delantera eléctrica! Epi, Amadeo, Mundo, Asensi y Gorostiza. ¡Ese era mi equipo! A los 15 años me puse a trabajar, yo era tapicero, pero no me llegaba ni para poder comer. Algún partido vi, pero colándome. Yo y dos más nos juntábamos, cada uno se ponía en una puerta y cuando los porteros se despistaban un poco, tirábamos a correr hacia dentro y nos colábamos. Cuando vine de la mili con veinte años volví a trabajar, junté un dinero y después del año del descenso a segunda división, en 1987, me saqué el pase.

¿Por qué fue a la marcha contra la gestión de Meriton?

Porque yo quería que tres cosas se mantengan y lo vi en una pancarta de un señor que llevaba un niño de 10 ó 12 años. Yo fui por dignidad, respeto y futuro. Eras mis tres consignas cuando salí de casa. Y mucha gente pensó igual que yo afortunadamente. El futuro nadie lo puede asegurar, pero si hay voluntad de que el futuro sea mejor todo es más fácil y ahora no la vemos. Esta gente no tiene en cuenta a la afición. No nos respeta. Este hombre ha comprado el Valencia, con mucho dinero, sí, lo respeto, pero nunca podrá comprar el sentimiento a la gente que llena el campo lloran y ríen. Ese sentimiento nunca lo podrá comprar porque no tiene precio. El sentimiento no se vende. Yo pienso ir, pero a ver cuántos vamos al campo el año que viene como siga este señor. Y los que vayan será para decirle cuatro cosas a esta gente. No te digo lo que puede pasar allí... Parece mentira que a esta gente que tiene tantos asesores no haya nadie que les diga: 'Ustedes están equivocados y esto se viene abajo porque el equipo no funciona'. Aquí tenemos a Anil Murthy que ni tiene ni conoce la humildad. Creo que es un poco orgulloso. ¿Su título cuál es? Diplomático. ¿Y qué papel hacen los diplomáticos? Quedar bien. Pues este señor no sabe ni quedar bien.

¿Qué le diría a Peter Lim si lo tuviera delante?

Yo le diría... Usted ha comprado el Valencia y eso tiene un valor, pero a parte de esa compra-venta hay otro valor que es el que lo sostiene. Que es el sentimiento. Que es la afición. Esto es fútbol y si usted no sabe llevar un club de fútbol, porque no lo sabe, el fútbol tiene un sentimiento que hace que un equipo se valore más o menos. Si la afición deja de ir al campo o deja de animar, el Valencia pierde valor. Y ese valor ahora va a menos. ¡Que me digan dónde está su conocimiento del negocio! No sé lo que quiere Lim, pero lo que quiere está equivocado. La afición se lo va a decir cada vez que se tercie, volverá a la calle y le volverá a pedir que se vaya. Nosotros no nos cansaremos. Usted a lo mejor tampoco, pero la afición no se va a cansar. Si fuera de aquí y se le pudiera convocar para decirle todo lo que se le tenga que decir, pero está tan lejos que a ver quién es el guapo que se va a Singapur a cantar la gallina. No respeta, mira sus declaraciones.

¿Le dolieron sus palabras?

Se mofa de todo lo que pasa aquí. Usted tiene que respetar a la afición, a la gente que va a campo, que compra su entrada y que también pone su dinero. ¡Que también los ponemos! A este paso el campo se va a vaciar y no sé qué negocio montará el tío este. Para que funcione, solo hay un camino que es que fichen gente de fútbol que hagan una buena plantilla. Gente entendida y gente honrada como Mateu Alemany. Pero no lo entiende. O no quiere entenderlo. Una de dos. Ya no lo sé. Si fuera futbolero lo entendería, pero no lo es. Está muy lejos lejos de la afición. Esas manifestaciones que hizo mofándose de la afición no están bien.

Usted ha vivido muchos malos momentos en la gestión del Valencia. ¿Este es el peor?

Sí, sí, porque cuando la gente ha visto que las cosas no iban bien con algunos presidentes, la afición los hemos tirado de la presidencia. ¡A todos! A Paco Roig le dijimos 'Paco, vete ya! y se fue. A Juan Soler, era el amo, pero con el 'Fuera, fuera, fuera' se tuvo que ir. Después el otro y el otro y el otro. Todos han acabado yéndose porque a la afición hay que respetarla. ¿Pero este señor? ¿Se va a ir? ¡Pero si ni siquiera se le pueden decir las cosas! ¡Está tan lejos del equipo y de la afición! Y encima cuando le llegan las cosas igual no se las cuentan como son. Esa es otra. ¡A ver qué le cuentan! Igual le dicen que la cosa está bien. Por eso era importante salir a la calle. Que lo vea. Que vea que la cosa no está bien. Mira, ese señor o vende las acciones o cambia. Una de las dos. Lo que queremos es tener futuro y ahora no tenemos. Este año nos hemos salvado, pero el año que viene ya veremos. Yo me acuerdo cuando bajamos. El año anterior lo pasamos mal y al año siguiente nos pegaron la patada en primera. A ver si va a pasar algo parecido.

¿Qué es lo que más le duele de la gestión de Meriton?

Yo reconozco que ha puesto el dinero, pero no ha sabido rodearse de gente honrada que le asesore. Se tenía que haber rodeado de técnicos y directivos honrados y valencianistas. El club solo puede funcionar así. Así llegamos a las finales de la Champions con gente que defendía el escudo del Valencia de verdad. El club se revalorizó tanto que fuimos considerados el mejor equipo del mundo. Yo no digo que seamos campeones de Liga, ojalá, pero no nos podemos comparar con el Barça y el Madrid en dinero y en influencia. ¡En dinero, eh! ¡En ganas de la afición es otra cosa! El papel que está haciendo ahora el Atlético de Madrid o el Sevilla es lo que nos tocaría a nosotros. Tercero o cuartos. Ese es el sitio del Valencia. ¿Y ahora? Hasta hace dos días estábamos que si bajábamos o no. Estamos sufriendo mucho. Lo que está pasando con Lim no me deja ni dormir.

¿Cree que la manifestación tendrá efecto y Lim venderá?

(Suspira) No se puede saber. Lo único que sé es que si no vende o si no está rodeado de gente valencianista él lo pasará mal y nosotros también. El valor del equipo cada vez vale menos. Es que vamos a ir a parar a segunda... ¿Dónde está el valor por el que compró? Lo que valía cuatro ahora vale dos. No lo entiendo. Ya veremos. Yo tengo 91 años y medio. ¡Aunque el medio no se cuenta! Yo creo que aún tengo que ver un Valencia sin Lim. Creo que sí. Por mí, por mis sobrinos, por la gente joven. Por un futuro mejor.