Todos los años, a mediados de septiembre, tiene lugar en las remotas islas Feroe, en el Atlántico Norte pero bajo administración de Dinamarca, una tradición teñida de sangre: la matanza de cetáceos, básicamente delfines y ballenas piloto, conocida como grind, al objeto de garantizar el suministro alimentario para el invierno. Es un vestigio del pasado que pervive con fuerza en la actualidad y es visto como una tradición irrenunciable por parte de la población feroense. Pero cada vez hay también más críticos.

La excepcional captura realizada este año ha llenado de imágenes estremecedoras los medios de comunicación de todo el mundo. No es la primera vez, porque hay colectivos ecologistas muy activos contra esta práctica. Sin embargo, en esta ocasión el propio gobierno de las islas Feroe ha admitido que, tal vez, haya que limitar esta pesca.

¿De qué cifras hablamos? Nada menos que 1.428 delfines de flanco blanco (Lagenorhynchus acutus) fueron capturados por los pescadores locales en una sola noche, la del pasado día 12. Los muelles de la pequeña localidad que sirve de base a estos pesqueros estaban literalmente inundados de delfines muertos, siendo descuartizados o cargados ya en camiones. Y todo teñido de rojo.

Sea Shepherd, la entidad que se opone al grind, emitió una nota en la que explica que este grupo de 1.429 delfines “fue conducido durante muchas horas, y a lo largo de 45 kilómetros, con ayuda de lanchas rápidas y motos acuáticas, hacia las aguas poco profundas de la playa de Skálabotnur, en la islas Feroe, donde se mató a todos y cada uno de los animales”.

Esta entidad, que lleva muchos años luchando contra esta práctica, afirma que lo sucedido este año constituye un auténtico récord: “Es la captura más grande en la historia de la islas Feroe (la anterior más grande fueron 1.200 ballenas piloto en 1940) y es posible que sea la caza individual más grande de cetáceos jamás registrada en todo el mundo”.

Además, también denuncian múltiples irregularidades, puesto que muchos participantes en la caza carecían de la licencia que se requiere para ello, puesto que ese permiso conlleva “un entrenamiento específico sobre cómo matar rápidamente calderones y delfines” para evitarles un sufrimiento innecesario. En cambio, en la fotos y vídeos se ven delfines aún vivos sobre los muelles.

Además, muchos de los delfines habían sido arrollados por las lanchas a motor, golpeados con sus hélices, lo que les ocasionó una muerte lenta y dolorosa.

El origen de esta cruel tradición es la alimentación de la comunidad. Sin embargo, las cantidades que se están capturando sobrepasan ya ampliamente las necesidades colectivas, según los detractores del grind. La carne de delfín es repartida tras la caza entre los participantes y la que sobra va a los vecinos del distrito donde se ha realizado la captura. Pero, al parecer, en este caso incluso se han regalado delfines a otros distritos de la isla para no tener que tirarlos a la basura, dado el exceso de cantidad.

No son solo los ecologistas de Sea Shepherd lo que rechazan el grind. También están empezando a hacerlo muchos vecinos, que consideran excesiva esta cacería. El periódico danés Ekstra Bladet ha publicado un reportaje con numerosos testimonios de habitantes feroenses que se muestran indignados por lo sucedido el pasado día 12.

Hay que tener en cuenta que esta cacería se produjo cuando las islas Feroe ya habían cazado a lo largo del verano un total de 615 ballenas piloto, lo que eleva el número de cetáceos muertos a 2.043 solo durante estos meses de este año, según el director ejecutivo de Sea Shepherd, Alex Cornelissen.

El Gobierno podría limitar la caza

La polémica generada parece haber llevado al gobierno de las islas Feroe a adoptar alguna medida. Situado entre la espada de una tradición con muchísimos seguidores y la pared del escándalo internacional que supone esta masacre, el primer ministro feroense, Steig Nielsen, ha anunciado a través de una nota que su gobierno “ha decidido iniciar una evaluación de la regulación sobre la captura de delfines de flancos blancos”.

Aunque no se trata de una renuncia a estas cacerías, sí se admite que las cosas han ido demasiado lejos y se prevén limitaciones de cara al futuro.

Al parecer, se prohibiría la captura de delfines de flanco blanco porque, como explica el primer ministro, la caza conocida como grind es una tradición que no tiene como objetivo a esta especie, sino a las ballenas piloto, también conocida como calderón común.

“La caza del delfín de flancos blancos no ha sido nunca parte de la tradición de las islas Feroe en el mismo grado que el de ballenas piloto, y no tiene la misma legitimidad cultural”, indica el citado gobernante.

“Nos tomamos este asunto muy en serio. Aunque estas cacerías se consideran sostenibles, analizaremos de cerca las batidas de delfines y el papel que deberían desempeñar en la sociedad de las islas Feroe”, afirma la nota.

La captura de calderones, sin embargo, no se cuestiona: “La captura anual es de un promedio de 600 ballenas piloto. Hace mucho tiempo que se reconoce internacionalmente que las capturas de calderones en las Feroe son sostenibles y que la población de calderones en el Atlántico Nororiental es abundante”, añade.

Fotos: Sea Shepherd

Nota emitida por el gobierno de Islas Feroe (en inglés):https://www.government.fo/en/news/news/dolphin-hunt-to-be-evaluated/

Fotos y vídeos de la captura de este año: https://seashepherduk.myportfolio.com/op-bloody-fjords-faroe-islands-2021

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