Renovables
Investigan técnicas para lograr paneles solares que duren 50 años
Un consorcio estadounidense trata de alargar la actual vida útil, que no supera los 30 años
Redacción
Alargar la vida útil de las placas solares para reducir el coste de las instalaciones renovables es el objetivo de una nueva investigación que aspira a que duren medio siglo, frente a los 20 o 30 años de la actualidad.
Un nuevo consorcio financiado por el gobierno de Estados Unidos estudia los factores que merman la fiabilidad de los módulos fotovoltaicos para evitar su degradación y alargar su vida todo lo posible.
Para lograrlo, los científicos y técnicos están utilizando pruebas de esfuerzo y análisis forenses de materiales.
Las claves que buscan todos los fabricantes de paneles fotovoltaicos consisten en alto rendimiento energético, bajo coste y fiabilidad a largo plazo. Es decir, la tecnología no sólo debe ser eficiente y económica, sino también duradera, puesto que de este modo se consigue también abaratar su coste y acelerar su amortización.
En la actualidad, y como término medio, la vida útil de los paneles solares oscila entre los 20 y los 30 años. Como consecuencia de las inclemencias meteorológicas y el desgaste de los materiales, se va deteriorando lentamente el rendimiento de los paneles, reduciendo también la producción de energía.
Entender los mecanismos que subyacen a este deterioro y prevenirlo sigue siendo un reto pendiente al que el proyecto DureMAT (Durable Module Materials) intenta dar respuesta, según explica el portal especializado ecoinventos.
Lanzado en noviembre de 2016 con financiación del gobierno estadounidense, DuraMAT ha creado un consorcio de múltiples laboratorios que, bajo el liderazgo del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), trabaja para prolongar la vida útil de los paneles solares.
De hace más de cinco años, los científicos del proyecto están explorando nuevas ideas para prolongar la vida de los módulos fotovoltaicos de modo que puedan durar hasta 50 años conservando intacta su capacidad de generación de energía.
El proyecto implica la realización de nuevas pruebas de estrés aceleradas combinadas con la ciencia forense de los materiales y modelos físicos que alerten de posibles fallos.
Dentro del proceso iniciado, se ha desarrollado un proceso escalable de pulverización de plasma para depositar en los paneles revestimientos antihumedad con propiedades antirreflectantes, capacidad adhesiva, espesor y densidad controlados.
Igualmente, se trabaja en un nuevo método para analizar la «bondad» química y mecánica de la llamada lámina posterior, la capa inferior del módulo que proporciona un aislamiento eléctrico y una integridad mecánica críticos.
Con la ayuda del consorcio, Osazda Energy ha ideado una tecnología rentable para ayudar a las células solares a resistir la aparición de grietas, dándoles además, cuando éstas se produzcan, la capacidad de autorrepararse.
“Gran parte de nuestra investigación sigue centrándose en la fiabilidad y la durabilidad del sector de tecnologías comerciales”, afirma Teresa Barnes, investigadora principal y directora de DuraMAT.
“Ahora estamos dirigiendo nuestro énfasis hacia las pruebas predictivas y los métodos de modelización que nos permitirán evaluar la fiabilidad de las nuevas tecnologías con mayor rapidez y precisión”, añade.
Artículo de referencia: https://ecoinventos.com/duremat/
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