La muerte de un gran elefante tusker de colmillos gigantes, del que quedan pocos ejemplares, ha levantado una oleada de protestas. Un cazador abatió el animal en Botswana, por simple diversión, tras pagar 50.000 dólares. El país africano permitió de nuevo en 2019 la caza de elefantes tras estar prohibida durante años para así recaudar más fondos, pero el turismo de observación se resiente por estas muertes de animales.

El elefante tusker fue abatido por un cazador profesional de un solo disparo. El animal pertenecía a una especie en peligro de extinción, que se caracteriza por poseer colmillos gigantes, que prácticamente llegan al suelo. Además, el animal cazado era considerado el ejemplar más grande de Botswana.

Leon Kachehoffer, natural del país africano, contó que en el límite boreal con Namibia acabó con la vida del animal tras pagar la suma de 50.000 dólares. El cazador afirmó que el elefante transportaba aproximadamente 91 kg de marfil en sus colmillos.

Fue mediante una publicación en su perfil de Facebook donde contó que no se esperaba la polémica generada por su “trofeo de caza”. Añadió que “estar en condiciones de cazar un toro como ese es un privilegio increíble”.

El cazador pagó 50.000 dólares por matar el elefante Leon Kachehoffer

Debido a este hecho, el político africado Ian Khama, expresidente de Botswana, se manifestó en las redes sociales criticando duramente el hecho. Khama lamentó que se vuelvan a permitir los safaris en el país, después de que su sucesor en la presidencia, Mokgweetsi Masisi, los volviera a permitir en 2019.

Khama criticó que se haya abatido a uno de los atractivos turísticos de la zona, simplemente por pura diversión.

Un elefante querido por los turistas

“Este era uno de los elefantes de colmillos más grandes, si no el más grande, del país. Un elefante que los operadores turísticos constantemente intentaban mostrar a los turistas como una atracción icónica. Ahora está muerto”, sentenció el político.

“¿Cómo beneficia esta muerte a nuestra industria turística en declive? La incompetencia y la falta de liderazgo casi acabaron con la población de rinocerontes, ¡y ahora esto!”, añadió indignado.

El elefante superaba los 50 años y su muerte podría alterar el comportamiento de los machos menores, ya que suelen tomar a los mayores como referentes de conducta. En la actualidad solo existen 40 ejemplares de esta especie, todos con colmillos que resultan ser un gran atractivo para los cazadores profesionales y los furtivos.

Elefante abatido en África Agencias

En Botswana viven unos 130.000 elefantes, pero muy pocos poseen grandes colmillos de marfil. El actual gobierno justifica la legalidad de su caza por los beneficios económicos que ello reporta. En 2021, la caza de elefantes permitió recaudar 2,7 millones de dólares.

Debbie Peake, portavoz del organismo oficial que regula la industria de la caza, señaló: “Los ingresos y la carne procedente de la caza supondrán una gran diferencia para la población”. “El elefante ya tenía una herida de bala, lo que significa que los cazadores furtivos lo tenían en el punto de mira”. Y añadió: “Si lo hubiera matado una cazador furtivo, no habría habido ningún beneficio para la comunidad local”, concluyó la funcionaria.

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