“Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos”, dijo Robert Oppenheimer cuando Estados Unidos lanzó la primera bomba atómica en Los Álamos en 1945, en el marco del proyecto Manhattan. Con esas palabras, extraídas del Bhagavad Gita, el texto sagrado del hinduismo, uno de los científicos más prolíficos de la historia subrayó la importancia (y el peligro) que representaba el desarrollo de la tecnología nuclear de fisión para la humanidad. Más adelante, durante la Guerra Fría, se consiguió generar armas termonucleares, la famosa ‘bomba H’, que empleaba el hidrógeno como elemento central.¿Por qué es tan importante esta sustancia como fuente de energía? El hidrógeno es el elemento más común del universo y es el “combustible” utilizado por las estrellas para producir la mayor fuente de energía conocida: la fusión nuclear. Su uso en la industria lleva asentado décadas, pero con la emergencia climática se contempla como un nuevo pilar en la transición ecológica.

En condiciones normales, su estado es gaseoso y suele encontrarse combinado con otros elementos como el oxígeno o el carbono. Por ello, no es un combustible que pueda tomarse directamente de la naturaleza, sino que se debe “producir” mediante procesos químicos o energéticos con los que conseguir la sustancia de manera pura.

Dependiendo de la fuente de energía aplicada para obtener hidrógeno, existe toda una gama de clasificaciones mediante colores para medir su nivel de emisiones asociadas. El hidrógeno verde es aquel obtenido mediante energías renovables, generalmente con un proceso de electrólisis (separación de elementos usando electricidad) y sin emisiones de gases de efecto invernadero.

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA organizó un encuentro en el Espacio Bertelsmann en Madrid para hablar del futuro del hidrógeno verde, que está llamado a ser una importante fuente de energía para nuestra civilización. El evento, organizado en colaboración con Cepsa, contó con voces expertas que abordaron las claves para la descarbonización de la economía española y europea utilizando el hidrógeno verde.

Participantes en el coloquio EPE

“La idea es que se utilicen las renovables para obtener hidrógeno con el que acumular electricidad. Es un vector energético que hasta ahora se ha utilizado poco”, explicó María Retuerto, doctora en química e investigadora titular del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC. “El hidrógeno se podrá utilizar directamente o en la producción de sintéticos que favorezcan la descarbonización”, apuntó Olivia Infantes, responsable de Regulación de Hidrógeno. “Es un viejo conocido en el mundo industrial, pero no en el energético. En este campo se abre un mundo de posibilidades”, indicó Antonio González, vicepresidente de la Asociación Española del Hidrógeno (AeH2).

Carrera hidrogénica

“Con los objetivos que tiene Europa para conseguir la transición ecológica, el hidrógeno tendrá que jugar un papel relevante”, señaló Yolanda Benito, directora general del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). Dentro del continente, la mesa de expertos señaló que España puede ostentar una posición relevante en la generación de hidrógeno verde. Nuestro país tiene una potencia instalada de energía renovable de 68.000 MW, equivalente al 58% de toda la instalación de generación eléctrica operada por Red Eléctrica.

“Con los objetivos que tiene Europa, el hidrógeno jugará un papel relevante”

“Podemos producir energía renovable a partir de diversas fuentes. Contamos con una red eléctrica muy robusta y mallada. Somos un ejemplo para el resto de Europa”, indicó Infantes. “La clave en la generación de hidrógeno verde es la diversificación”, señaló Retuerto. La investigadora del CSIC explicó que, dependiendo de las necesidades, se utiliza una u otra técnica de obtención de hidrógeno. “Es necesario investigar en todas ellas, porque nos falta mucho por recorrer. Por suerte, la financiación ha aumentado y se nos toma más en serio”, agregó.

Olivia Infantes apuntó que, además de la capacidad propia de España, es relevante el contexto geopolítico del país: “tenemos una red de puertos del Estado que tiene mucho que decir. El estrecho de Gibraltar es una de las autopistas marítimas más importantes del mundo, ya que circula más del 10% del tráfico marítimo mundial”.

“La economía del hidrógeno nos va a permitir ser más independientes energéticamente, con lo que eso conlleva. Las sucesivas crisis que estamos viviendo nos deben concienciar en que tenemos que avanzar mucho más rápido”, argumentó Benito. La directora general del Ciemat puso de manifiesto cómo Europa puede pasar de una dependencia de los recursos fósiles a otra basada en la tecnología y otras materias primas. “Asia nos está adelantando y Estados Unidos puede hacernos mucho daño”, apuntó la experta. “Europa puede quedarse atrás. La guerra de Ucrania lo que ha hecho ha sido convertir la transición en una urgencia, pero la ausencia de una política energética común es un problema”, indicó Antonio González.

“Todo el desarrollo del hidrógeno va a generar necesidades de empresas, ingeniería e investigación”

El vicepresidente de AeH2 ha explicado que, de la misma manera que tras la guerra de Yom Kippur en 1973 la mayoría de los países miembros de la OCDE decidieron construir reservas estratégicas de petróleo, quizá en el futuro se deban plantear los países de la Unión Europea una relación de soberanía económica con el nuevo combustible. “A lo mejor dentro de unos años tenemos que pensar en tener reservas de hidrógeno”, apuntó.

Aplicaciones sectoriales

La importancia del hidrógeno radica en sus múltiples vías de uso en todos los aspectos de la economía. “Hace cinco o seis años solo hablábamos del uso del hidrógeno en los coches. Hoy será el último sitio donde se va a utilizar”, pronosticó González. “Necesitamos descarbonizar la industria, el transporte pesado por carretera, el ferroviario, el marítimo y luego el sector residencial. Para ello, hace falta un plan nacional por parte de la Administración”, agregó.

Planta de hidrógeno verde Pixabay

El uso del hidrógeno puede ser utilizado por sí mismo como combustible en una reacción química o para producir combustibles sintéticos. El hidrógeno, al actuar con el comburente (el oxígeno), produce vapor de agua e impulsa diferentes tipos de vehículos de la misma manera que la gasolina en un motor de combustión convencional, o generar calor en una central industrial. Sus ventajas implican, por tanto, a un montón de sectores. “Todo el desarrollo del hidrógeno va a generar necesidades de empresas, ingeniería, investigación. Permitirá crear una nueva economía alrededor de ella”, indicó Infantes.

“Además, el hidrógeno se puede inyectar en parte de la red de gas natural para usarlo como calefacción en los edificios”, explicó Retuerto. Su enorme flexibilidad como recurso es lo que llevó, entre otras razones, a los gobiernos de Francia, España y Portugal a firmar un acuerdo que sustituía el Midcat por un nuevo conducto que pudiera transportar gas natural e hidrógeno entre Barcelona y Marsella. “Junto con el acuerdo firmado por Cepsa y el puerto de Róterdam, se podrá canalizar ese hidrógeno del sur de España al norte de Europa”, señaló Infantes. “Nosotros apostamos por toda la cadena de valor del hidrógeno. Desde los centros de investigación al consumidor final”, agregó.

Apoyo a la investigación

“Estudiamos el aporte científico de España al hidrógeno verde. El 3,8% de las publicaciones a nivel mundial sobre el sector provenían de España, y Europa representaba el 15%. El potencial científico es enorme”, destacó González. A pesar de esta capacidad científica, desde la mesa alertaron que falta cohesión entre los diferentes actores. “En España ha habido poca unión entre la investigación pública y las empresas”, advirtió Retuerto. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, nuestro país dedica el 1,4% del PIB a inversión de I+D, lejos del objetivo de mantenerse por encima del 2%.

Necesitamos tener una visión conjunta en la que ahondemos todos”, señaló Benito. “Estamos obligados, ciudadanos y empresas, a trabajar juntos para revertir las urgencias climáticas y las crisis actuales”, incidió Infantes.

La mesa de expertos coincidió en que se torna necesario un plan que “mire por el largo plazo”, así como establecer objetivos próximos. Entre las metas a corto plazo, la responsable de Regulación de Hidrógeno en Cepsa señaló que “lo inmediato” es que el hidrógeno gris pase a ser verde. “Si queremos que España se convierta en el hub de hidrógeno de Europa, hay que apostar por las energías renovables”, señaló.

"A lo mejor dentro de unos años tenemos que pensar en tener reservas estratégicas de hidrógeno”

Benito indicó que se debe buscar la producción de energía renovable “suficiente y barata” para conseguir incrementar la generación de hidrógeno verde. “Hay que abaratar el proceso de almacenamiento, transporte y creación. Para ello, se necesita investigación y contar con un marco regulatorio apropiado”, agregó. “O Europa se posiciona en común como una unión o va a ser imposible”, señaló Retuerto.

La mesa considera que el futuro pasa necesariamente por utilizar todos los medios para alcanzar la transición ecológica. “La sociedad debe saber que tenemos que descarbonizarnos. En España estamos muy formados y tenemos una red muy fuerte”, valoró Retuerto. “El futuro es verde o no habrá futuro. España puede hacerlo. La oportunidad está ahí, o sea, que debemos aprovecharla”, apuntó Benito.

La emergencia climática y la necesaria descarbonización obligan a introducir nuevos modelos productivos como la generalización del uso del hidrógeno. Este elemento químico podrá servir para que la economía vire hacia un modelo más ecológico, que evite las emisiones de gases de efecto invernadero. España ocupa un lugar privilegiado por su posición natural, sus recursos naturales necesarios para producir electricidad y su importante red de fuentes de energía renovable.

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