Informe

España puede sufrir hasta un 15% de reducción de alimentos en 2050 por el calor y la falta de agua

Un estudio global sobre la evolución de los recursos hídricos insta a "reaccionar ya" ante la crisis que se avecina

España puede sufrir hasta un 15% de reducción de alimentos en 2050 por falta de agua

España puede sufrir hasta un 15% de reducción de alimentos en 2050 por falta de agua / Jorge Zapata / EFE

Ramón Díaz

Ramón Díaz

"La crisis mundial del agua ya no puede ser ignorada". "Sin una transformación de la economía y una reestructuración de la gobernanza del agua ninguna persona, lugar, economía o ecosistema se salvará". "Las inundaciones, sequías y otros eventos extremos de agua sin precedentes del año pasado no son episodios extraños, sino evidencia de una crisis sistémica resultado de décadas de mala gestión humana del agua". El informe 'Cambiando la marea: una llamada a la acción colectiva’, publicado hoy por la Comisión Global sobre la Economía del Agua, que lanza una severa alerta: "El mundo está en una encrucijada y debe reaccionar ya". España será uno de los países más afectados en el suministro de alimentos.

El informe avisa de la creciente crisis del agua, entrelazada con el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad, de tal manera que las tres se refuerzan. Pero el documento también recoge las acciones que deben tomarse de manera urgente y colectiva para detener esa crisis.

Las actividades humanas tienen la culpa: están cambiando los patrones de lluvia, la fuente de toda el agua dulce del planeta, lo que lleva a un cambio en el suministro en todo el mundo y a la modificación del ciclo hidrológico global. Cada grado más de temperatura agrega un 7% de humedad al ciclo del agua, lo que lo sobrecarga y lo intensifica, provocando cada vez más eventos climáticos extremos.

Anomalías en las tendencias globales de disponibilidad de agua

Anomalías en las tendencias globales de disponibilidad de agua / Scanlon

El estudio destaca que más de 2.000 millones de personas carecen de acceso a agua gestionada de manera segura, que 4.000 millones experimentan escasez de agua durante al menos un mes al año, y que cada 80 segundos muere un niño menor de 5 años por enfermedades provocadas por agua contaminada. De ahí la llamada de los autores del informa a desarrollar una nueva economía del agua.

España, en peligro

España no aparece citada explícitamente en el informe, pero sí quedan reflejados su presente y su futuro hídrico en varios mapas. Uno de ellos revela que España será uno de los países que registrará mayor porcentaje de reducción en el suministro de alimentos en 2050 debido al estrés hídrico y al calor.

La reducción se situará entre el 12,4% y el 14,9%, lo que la colocará como uno de los países más afectados de Europa. Solo superarán ese porcentaje los países del sur de Asia situados en la franja que va de Afganistán a China, exceptuando a todos de la península Indochina, salvo Birmania.

Salto de agua.

Salto de agua. / pixabay

Pero el del agua es un problema supranacional, global. La ciencia ha demostrado que las comunidades y las naciones están entrelazadas hidrológicamente, no solo por los ríos y el agua superficial, sino también por los flujos de humedad atmosférica (los ‘ríos atmosféricos’, como los definen los científicos). Consecuencia: las prácticas en cualquier región suponen impactos en las precipitaciones registradas en otras.

"Si no se controla, la crisis mundial del agua pondrá en peligro todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), haciéndolos prácticamente imposibles de alcanzar. Pondrá en peligro la seguridad alimentaria y sanitaria, exacerbará la pobreza y la paz dentro y entre las naciones", alerta la Comisión.

Todo ello "afectará de manera desproporcionada a las mujeres, los grupos vulnerables y marginados de las comunidades indígenas, los jóvenes, los agricultores, los trabajadores y las pequeñas y medianas empresas", añade.

Países enteros se han visto ya empujados a una grave inseguridad alimentaria. Y las inundaciones, las sequías, las olas de calor y los incendios forestales están causando "costos humanos, económicos y ecológicos sin precedentes en prácticamente todas las regiones del mundo", apunta.

Acciones colectivas y urgentes

"El crecimiento mundial de la población y los ingresos y los cambios en el consumo per cápita de alimentos, piensos, fibra, madera y energía han provocado tasas sin precedentes de uso de la tierra y el agua dulce en la agricultura", recoge el texto.

Las extracciones de agua azul (de ríos, acuíferos, lagos y depósitos de agua) han aumentado de 500 kilómetros cúbicos en 1900 a más de 4.000 en 2022. Esto ha contribuido al agotamiento global de las aguas subterráneas y a la degradación de los entornos ribereños.

Porcentaje de reducción en el suministro de alimentos para 2050

Porcentaje de reducción en el suministro de alimentos para 2050 / Kompas

Los autores del informe sostienen que para escapar de ese callejón sin salida hacen falta "acciones colectivas y urgentes, audaces e integradas", que deben aplicarse antes de 2030. Acciones que han de ser tanto locales, como regionales, nacionales y globales. Los autores resumen su propuesta para lograr un futuro hídrico sostenible y justo en siete puntos.

1. Gestionar el ciclo del agua como un bien común global, que debe ser protegido colectivamente y en interés de todos. Significa reconocer que el agua está cada vez más entrelazada con el cambio climático y el agotamiento del capital natural del planeta; que es fundamental para la seguridad alimentaria, y que solo será sostenible con justicia y equidad en todos los rincones del mundo.

2. Adoptar un enfoque del agua centrado en los resultados e impulsado por una misión que abarque todos los roles clave que desempeña en el bienestar humano. Debe cumplirse el derecho humano al agua potable para uso doméstico; hay que utilizar la innovación y la estrategia industrial para solucionar problemas concretos; y deben aumentar las inversiones en agua a través de alianzas público­-privadas.

Eliminar subsidios para la agricultura

3. Dejar de infravalorar el agua. La fijación de precios adecuada, junto al apoyo a las personas necesitadas, permitirá que el agua se use de manera más eficiente, de manera más equitativa y más sostenible. También hay que tener en cuenta el valor no económico del agua en la toma de decisiones para asegurar la protección de la naturaleza, de la que depende el planeta y la vida.

4. Eliminar gradualmente hasta 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) de subsidios para agricultura y agua cada año, que a menudo generan excesivo consumo y prácticas perjudiciales para el medio ambiente. Deben reducirse drásticamente las fugas de agua que cuestan miles de millones al año, y exigir la divulgación de las huellas hídricas para orientar el capital y las preferencias de los consumidores a favor de prácticas sostenibles.

5. Establecer asociaciones para el agua justa para permitir inversiones en acceso al agua en países de bajos y medianos ingresos. Atraer como inversores a empresas privadas, bancos, instituciones y dinero filantrópico. Los rendimientos económicos de estas inversiones superarán ampliamente sus costos.

6. Fortalecer los sistemas de almacenamiento de agua dulce, especialmente los activos naturales, como los humedales y las aguas subterráneas, que se están agotando peligrosamente. Es necesario desarrollar la economía urbana circular del agua, mediante el reciclaje de aguas residuales industriales y urbanas, y cambiar la agricultura a riego de precisión y a cultivos que requieren menos agua.

7. Remodelar la gobernanza multilateral del agua, actualmente fragmentada. La política comercial debe utilizarse como herramienta para un uso más sostenible del agua, mediante la incorporación de estándares de conservación en los acuerdos comerciales. Es necesario empoderar a agricultores, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y comunidades locales, y a los consumidores que están en la primera línea de la conservación del agua.

.......

Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es