España sin agua, pero con una piscina cada 37 habitantes

La localidad de Vacarisses, cerca de Barcelona, es uno de los núcleos que en los años 70 atrajo a numerosas personas para levantar aquí sus segundas residencias. Soñaban con casas con grandes jardines y piscinas para disfrutar de un merecido descanso durante los largos y calurosos veranos.

Sin embargo, la situación de sequía que vive Cataluña está obligando a las instituciones a imponer severas restricciones, incluyendo la restricción de llenado de piscinas.

España tiene actualmente una piscina por cada 37 habitantes, y estas instalaciones se han situado en el punto de mira, debido a la falta de agua, informa la agencia Reuters.

En Vacarisses, un pueblo disperso de más de una docena de subdivisiones con vistas a la cordillera de Montserrat, los residentes se preparan para otro verano complicado, después de sufrir cortes de agua de 16 horas el año pasado, cuando los acuíferos se secaron. El alcalde, Antoni Masana, califica la restricción de las piscinas como una "medida necesaria" y destaca que el municipio trabaja para perforar nuevos pozos.

“Debido al cambio climático, estamos teniendo cada vez menos lluvia y agua. Lo que tenemos que hacer es repensar, adaptar nuestro modelo a una (nueva) realidad”, afirma Masana a la citada agencia.

Cataluña es una de las regiones más secas de España, con algunos embalses a solo el 7% de su capacidad. Este abril fue el más cálido y seco de España desde que comenzaron los registros, en 1961, según la agencia meteorológica AEMET.

1.500 piscinas para 7.000 habitantes

Vacarisses ha ganado notoriedad regional por su cantidad de piscinas. Con una población de 7.000 habitantes y más de 1.500 piscinas registradas, hay una por cada cinco vecinos, aunque según algunas opiniones esa cantidad no es real.

Si bien su piscina ha estado vacía durante cinco años, desde que crecieron sus hijos, García, de 61 años, afirma que el pueblo ha sido estigmatizado injustamente por sus piscinas.

La mayoría de las que existen en este pueblo rara vez se rellenan y, si lo hacen, normalmente es con agua transportada en camiones desde fuera de la ciudad, asegura.

En su opinión, las piscinas se están utilizando como chivo expiatorio por falta de una política coherente del agua en España. Las autoridades deberían invertir en más plantas de desalinización y depuración para complementar los acuíferos y embalses, señala esta vecina.

Es un sentimiento compartido por Gonzalo Delacámara, director del IE Center for Water & Climate Adaptation en Madrid. Según él, si bien el uso de agua para llenar piscinas durante una sequía es irresponsable, la mayor parte de los recursos hídricos de España se los lleva el sector agrícola, que representa el 70% del uso de agua.

Según Delacámara, España carece de políticas centralizadas sobre la gestión del agua que puedan incentivar a los agricultores a utilizar agua desalinizada, más cara para el riego, y las decisiones sobre las tarifas del agua recaen en los ayuntamientos locales.

Es un sistema “susceptible de modificaciones obscenas durante períodos preelectorales en los que todos los alcaldes prometen agua más barata en un contexto de cambio climático y sequía”, agrega.

Mallorca, paraíso de las piscinas

Por otra parte, en la isla de Mallorca se construyeron una media de 17 piscinas a la semana, lo que suponen 880 al año, durante el periodo 2015-2021, según un estudio de la ONG ecologista Terraferida citado por Reuters.

Macià Blázquez, profesor de Geografía en la Universitat de les Illes Balears (UIB), afirma que la proliferación de piscinas está relacionada con un auge inmobiliario en segundas residencias, principalmente destinadas a ciudadanos del norte de Europa.

En un intento de frenar esta tendencia, el gobierno balear limitó en diciembre la construcción de nuevas piscinas en casas de campo a una por propiedad y con un tope máximo de volumen de agua.

En Cataluña, la nueva ley hace una excepción para las piscinas públicas, o las de hoteles o grandes complejos de edificios, tras la presión de los alcaldes, quienes argumentaron que las piscinas públicas actúan precisamente como "refugios climáticos" en un país que teme un verano especialmente sofocante.

Vacarisses, por su parte, sigue vendiendo el sueño suburbano. En un terreno baldío en venta cerca de la casa de García, un anuncio que muestra una casa con piscina proclama: "Un lugar ideal para construir tu futuro".

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