Alimentación saludable

Los 'superpoderes' del ajo, al descubierto

Los científicos investigan las propiedades curativas de una planta que desde hace siglos se utiliza como medicina natural

Ramón Díaz

Ramón Díaz

“Hay mucho más en el ajo que su olor distintivo y su sabor fuerte y picante”. Lo afirma un grupo de científicos de la Universidad de Queensland (Australia), el último de los muchos que en los últimos decenios se ha dedicado en los últimos años a estudiar lo que ellos mismos denominan los “superpoderes ocultos” de esta planta, originaria de Asia, que se cultiva en el Mediterráneo desde hace más de 7.000 años y que ya se produce en casi todo el planeta.

Los investigadores llevan muchos años intentando descifrar dos misterios. El primero, si hay algo de cierto en las supuestas propiedades medicinales del ajo (Allium sativum). Y el segundo, por qué se logra aumentar notablemente el rendimiento de los cultivos seleccionando determinadas plantas durante generaciones, pero resulta imposible lograr ajos libres de virus.

Porque, al menos en Australia (también en otras zonas del planeta), todas las variedades comerciales de ajo existentes tienen virus, lo que no afecta al sabor o a la nutrición, pero sí tiene impacto negativo en el rendimiento de los cultivos.

“Puede haber hasta diez o doce virus en las plantas infectadas y la mayoría de ellas tienen al menos seis virus”, resalta el virólogo de plantas John Thomas, uno de los autores de la última investigación sobre el ajo.

Feria del ajo en Zamora.

Feria del ajo en Zamora. / José Luis Fernández / La Opinión de Zamora

Comprender el porqué de la presencia de ese conjunto de virus y su impacto es el problema que Thomas y su equipo abordan en sus investigaciones. Lo están haciendo a través del estudio de doctorado de Sari Nurulita. El objetivo, desarrollar pruebas confiables de detección de virus e investigar por qué las plantas de ajo superiores e inferiores comparten el mismo perfil viral.

Seleccionando ‘ajo de elite’

“El ajo es un cultivo de propagación vegetativa, y una vez que se infecta, toda la progenie se infecta”, explica Thomas. Pero también es posible que el cultivo vaya ‘recolectando’ más virus en el campo sin perder ninguna planta.

Seleccionando bulbos durante varias generaciones, otro de los coautores del estudio, Stephen Harper y su equipo, lograron en un trabajo anterior bulbos de mayor rendimiento entre cultivos de ajo infectados con virus. De hecho, consiguieron hasta tres veces más rendimiento con las mejores selecciones.

Pero ahora el trabajo de la Nurulita ha mostrado que todas esas selecciones de ‘ajo de elite’ están todavía infectadas, “y no sabemos por qué ocurre”, admite Thomas. Nurulita también investigó las concentraciones de virus y mapeó sus genomas completos.

“No encontré ninguna diferencia significativa en los niveles de virus, y no pude determinar una diferencia clara entre las dos líneas diferentes de semillas de ajo de élite y de bajo rendimiento”, resalta Nurulita. Thomas reveló que el equipo también había probado la propagación de cultivos de tejidos para generar ajo libre de virus, pero sin éxito.

Campo sembrado de ajos

Campo sembrado de ajos / Pepe Castro

“Creemos que tal vez el silenciamiento (eliminación) de genes está ocurriendo naturalmente en la planta. Puede depender de qué virus tenga la ventaja en un diente en particular, o el orden en que se infecten. Hay muchísimas posibilidades diferentes, no es un asunto simple. Pero vamos a ver los niveles absolutos de virus para ver si podemos determinar si el silenciamiento del gen es responsable”, anuncia Thomas.

Otros científicos están estudiando también las propiedades curativas del ajo, que durante siglos se ha utilizado como medicina natural. Se sabe, por ejemplo, que los atletas de los primeros Juegos Olímpicos en la antigua Grecia (a partir del año 776 a. C.) lo comían para mejorar su fuerza y resistencia.

El ajo, antibiótico natural

Durante las dos guerras mundiales a los soldados se les dio ajo para prevenir la gangrena. Más recientemente, los científicos han descubierto que los compuestos del ajo sirven como un antibiótico natural para prevenir y combatir diversas enfermedades y dolencias.

“Desde su descubrimiento, las propiedades antibióticas que se encuentran en los compuestos del ajo han sido objeto de una extensa investigación”, apunta Eric Block, profesor de Química en la Universidad de Albany, que dirigió hace cinco años un estudio sobre la combinación de ajo y flúor como terapia farmacológica.

Para probar su hipótesis, los científicos modificaron varios compuestos de ajo, reemplazando los átomos de hidrógeno con átomos de flúor, y comprobaron sus ‘superpoderes’ como agentes antiangiogénicos y antitrombóticos. Los resultados mostraron que los compuestos modificados tenían una actividad biológica superior y deberían tenerse en cuenta en el desarrollo de futuras terapias farmacológicas.

Otro descubrimiento reciente, de un equipo de investigadores norteamericano: el extracto de ajo envejecido ayuda a regular la distribución de las células inmunitarias y reduce el colesterol LDL (“malo”) en la sangre en los adultos obesos.

Ajos.

Ajos. / pixabay

El extracto de ajo envejecido modificó la secreción de proteínas inflamatorias de las células inmunitarias. “Eso significa que puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas asociadas con inflamación de bajo grado en adultos obesos, como la enfermedad cardiovascular”, concluyeron los investigadores.

“El ajo o los suplementos de ajo, disponibles en las tiendas naturistas, pueden ser parte de una rutina diaria saludable”, apunta Susan Percival, profesora de Ciencia de los Alimentos y Nutrición Humana de la Universidad de Florida, directora delestudio sobre Elk ajo envejecido.

El ajo se convierte en extracto de ajo envejecido almacenándolo en una solución de etanol hasta durante 20 meses, revelan los investigadores. Múltiples estudios han demostrado que el ajo envejecido también beneficia la salud de las personas no obesas. Por ejemplo, el extracto reduce los síntomas del resfriado y la gripe, y mejora la cantidad de células inmunitarias.

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