Consumo y medio ambiente

Estos son los países y los alimentos que más daño están haciendo a la biodiversidad

Un tercio de la producción agroganadera mundial ocurre en lugares de alta prioridad de conservación

Plantación forestal y de palma aceitera en Borneo.

Plantación forestal y de palma aceitera en Borneo. / EFE / Marc Ancrenaz

Ramón Díaz

Ramón Díaz

La producción de alimentos es la principal causa de la pérdida de biodiversidad, pero apenas existen estudios sobre qué países y qué productos están interfiriendo en la conservación de las especies animales y vegetales. Investigadores japoneses han estimado cómo la producción y el consumo de 48 productos básicos agroganaderos impulsados por 197 países entran en conflicto con las prioridades de conservación de 7.143 especies. Con todo ello han elaborado un mapa interactivo para ayudar a los encargados de formular políticas agrícolas y medioambientales a salvaguardar la biodiversidad, preservando a vez la seguridad alimentaria mundial.

El estudio ayuda a comprender y gestionar mejor los cambios transformadores a gran escala entre la humanidad y la naturaleza, a través de decisiones relacionadas con el consumo, la producción y el comercio de alimentos.

"La demanda de productos alimenticios ha llevado el uso de la tierra agrícola a una competencia directa con la biodiversidad. Dónde ocurren estos conflictos y qué consumidores son responsables es poco conocido. Al combinar mapas de prioridad de conservación con datos de comercio agrícola, estimamos los puntos críticos de riesgo de conservación potenciales actuales", explican los investigadores.

Entre sus conclusiones, destaca que un tercio de la producción mundial agrícola ocurre en sitios de alta prioridad de conservación; esto es, en puntos críticos para la biodiversidad.

Mapa del índice de prioridad de uso y conservación de la tierra para los principales productos agrícolas.

Mapa del índice de prioridad de uso y conservación de la tierra para los principales productos agrícolas. / Hoang et al. 2023

El ganado, el arroz, la soja y el aceite de palma representan las mayores amenazas para los lugares con alta prioridad de conservación, mientras que productos sustitutos, como la cebada, el trigo, la remolacha azucarera, el mijo perla o el girasol se obtienen principalmente en áreas de menor riesgo, recoge el informe.

No obstante, otros productos básicos, como el maíz, la caña de azúcar y el caucho, también son "problemáticos" y merecen "más atención por parte de los formuladores de políticas", alertan los científicos.

Buscando el "equilibrio"

"Los hallazgos de este estudio revelan que el consumo de ciertos productos clave, como el café, el cacao o el aceite de palma, por parte de un subconjunto de países, impulsa el uso de la tierra en áreas de muy alta prioridad de conservación", señalan los autores, que abogan por buscar un "equilibrio" entre agricultura y conservación, determinando qué cultivos serían más convenientes en cada zona.

China, Estados Unidos, India, Japón y la Unión Europea (UE) presentan las mayores huellas por daño a la biodiversidad en zonas de alta prioridad de conservación, según los resultados de la investigación, que acaban de publicarse en la revista ‘Proceedings of the National Academies of Science’.

El equipo de investigación internacional, con miembros de Noruega, Países Bajos y Japón, dividió las áreas agrícolas en cuatro niveles, según su prioridad de conservación, de menor a mayor. Luego determinó qué productos básicos agrícolas individuales se produjeron en cada uno de esos niveles.

Una conclusión que los investigadores juzgan "sorprendente" es que el impacto de un mismo cultivo varía enormemente según su origen. "La carne de res y la soja, por ejemplo, se cultivan en áreas de alta prioridad de conservación en Brasil, pero no en América del Norte. De manera similar, el trigo se cultiva en áreas de menor prioridad de conservación en Europa del Este que en Europa Occidental", apuntan.

Un corral de engorde de ganado en un área previamente boscosa en Pará, Brasil, en la selva amazónica, ilustra los problemas que surgen cuando se crean ranchos de ganado en las selvas tropicales.

Explotación de engorde de ganado en un área previamente boscosa en Pará, Brasil, en la selva amazónica. / PARALAXIS

El café y el cacao se cultivan principalmente en áreas de alta prioridad de conservación en las naciones ecuatoriales, pero se consumen en gran medida en las naciones más ricas, como Estados Unidos y la UE. "A nivel mundial, China, con su alta demanda de múltiples productos básicos, tiene la mayor influencia en la producción de alimentos en áreas de conservación de alta prioridad", concluyen los investigadores.

Efectos del cambio climático

El estudio ilustra cómo las naciones pueden tener huellas alimentarias de biodiversidad muy diferentes. Estados Unidos, la UE, China y Japón, por ejemplo, dependen en gran medida de las importaciones para satisfacer su demanda de carne y productos lácteos.

En Japón, concretamente, más de una cuarta parte de la carne de res y los productos lácteos provienen de áreas de alta prioridad de conservación. Estados Unidos, la UE y China están más cerca del diez por ciento.

"Eso sugiere que hay oportunidades para cambiar la huella de biodiversidad del consumo de alimentos simplemente cambiando nuestro abastecimiento de productos alimenticios", resalta Keiichiro Kanemoto, uno de los autores principales del artículo.

Con vistas al futuro, los científicos creen que el cambio climático alterará tanto los patrones de cultivo como los hábitats disponibles. El equipo de investigación analizó diferentes escenarios para ver cómo cambiaría la interacción entre la biodiversidad silvestre y la agricultura bajo las temperaturas previstas para 2070, mucho más elevadas que las actuales.

"Es probable que las especies colonicen nuevos territorios en un mundo más cálido, lo que podría resultar en el surgimiento de nuevas áreas de alta prioridad para la conservación o mitigar los conflictos en los puntos críticos de conservación actuales", señalan.

Plantación de cereales.

Plantación de cereales. / pixabay

"Nuestros estilos de vida están causando daños alarmantes a la atmósfera y los suministros de agua. Los agricultores y los gobiernos de todo el mundo deben buscar políticas que mantengan la prosperidad y minimicen los daños irreversibles al medio ambiente", destaca Daniel Moran, coautor del estudio.

"Se necesitan políticas de desarrollo sostenible para la agricultura. El cálculo de huellas detalladas para alimentos y otros productos agrícolas es crucial para respaldar estas políticas", finaliza Moran.

Mapa interactivo: https://agriculture.spatialfootprint.com/biodiversity/

Informe de referencia: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2208376120

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