No es un partido normal. Se miden dos equipos organizados para estar arriba y competir en Europa con raciocinio y la realidad nos indica que ambas escuadras han partido esta temporada ligeramente atormentadas y sin ofrecer ese fútbol que nos prometían al final de la pasada temporada e incluso durante el verano. El choque llega puntual y se esperan novedades en ambas escuadras que, por cierto, figuran en la tabla clasificatoria separadas tan solo por un punto de diferencia. El Valencia de cuatro partidos solo ha conseguido empatar tres sin obtener ninguna victoria y el Villarreal llega con un partido ganado -el último- y solo un empate cosechado también en esas cuatro jornadas de Liga hasta ahora celebradas. Un puntito de diferencia por tanto y dos sensaciones contrapuestas. Al Villarreal le alegró enormemente ese gol de Bacca que le otorgó el triunfo en Leganés, aunque su partido, el de todos, fue bastante flojito. Pero el mismo Villarreal el pasado jueves regresó a la senda del despiste en la Europa League cosechando tan solo un empatito a dos en su campo frente al mítico Rangers FC.

Y el Valencia, por contra, llega de hacer el ridículo en su primer envite de regreso a la Champions -no hay nada que decir del triunfo de la Juventus, si acaso felicitarlos con justicia -y su último empate en Liga contra el Betis no aporta nada nuevo para pensar que este equipo está levantando cabeza como corresponde a su presupuesto y como corresponde a la escuadra -mejorada en teoría- que la temporada pasada fue la gran y sorprendente estrella del campeonato. Marcelino, por su parte, sí que ha hablado de los suyos e informa que no están jugando como si estuvieran ya activados. Y sí, Marcelino tiene razón, no están activados pero se le olvida decir que ya llevamos cinco partidos consecutivos sin estar preparados con un mínimo de dignidad y se le olvida decir también que es él, y solo él, la persona encargada de motivar a los suyos y de ponerlos en forma. Y yo estoy de acuerdo con lo que dice Marcelino, pero le pediría al propio Marcelino que en el estadio de La Cerámica debe llegar ya ese Valencia que todos esperamos desde hace tiempo.

Algunas reacciones

Y el partido es un duelo con morbo. Ese puntito que separa a ambos conjuntos casi rozando el inicio de Liga aborda una lucha de intereses realmente notable. Fernando Roig, un valenciano afincado deportivamente en Vila-real y profesionalmente en Villarreal, va a trazar un duro camino para el Valencia de Peter Lim. La lucha es curiosa y destino de ambas escuadras en los últimos años dan casi para escribir un libro. Sea como fuere es un duelo vital para ambos. El Villarreal se fía a muerte en el talento de Bacca en la delantera y el Valencia tiene que aprender como defender de una santa vez el ataque de los equipo rivales y en este caso directamente del goleador Bacca.

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