Estoy de los nervios desde que anoche pillé la cama y no he podido pegar ojo en todo la noche. Hoy es el día, es mi día desde hace bastante tiempo y quiero compartirlo con todos ustedes y con mis seres más queridos. Vale, sí, es un simple partido de fútbol que no debería tener más trascendencia. Pero oigan, para mí es mucho más que eso y siento que para muchísimos de ustedes también. Yo no voy a ir a Sevilla pero mi corazón si estará acompañando a esa fiel afición que tiene toda la ilusión del mundo en el duelo de hoy. Me quedaré en Valencia, lo veré por la tele y luego, seguro, me iré a la calle con los nanos junto para celebrar algo que sin duda es histórico y que espero de todo corazón que suceda. Miren, a los que ya a lo largo de nuestra historia hemos podido celebrar un triunfo semejante lo de hoy les puede saber a gloria bendita... pero ojo, no existe nada que rodea al mundo del fútbol, al mundo de la pasión más sincera, como el primer triunfo de tu vida, vivirlo y celebrarlo a lo bestia. Y sí, para eso estoy preparado y presa de los nervios de una forma inequívoca. Pienso en el partido, pienso en esta noche, y mi cebeza no para de darle vueltas a todo lo que significaría para miles de valencianistas un triunfo de esos que te convierten en campeón y por lo que sientes, de alguna manera, que algo ha cambiado en tu vida y además que ha sido para bien, para que lo vivas y lo celebres con toda la pasión y toda la ilusión del mundo. Vale, sí, tengo amigos que se han quedado por el camino y que no van a poder vivir esta final en vivo y en directo. Y pienso en ellos y necesito dedicarles un tiunfo épico. ¿Se imaginan? Sevilla, Valencia, los viajeros, los desplazados, los valencianistas de corazón... tenemos hoy una noche de infarto pero especial desde el minuto uno al noventa. Y sí, yo confío en la victoria e incluso estoy casi por empezar de nuevo a comerme las uñas a las que respeto desde hace ya bastantes años. Antes las uñas eran un manjar exquisito que saboreaba casi cada dos por tres. Pero eso ha pasado a mejor vida. ¿Ha pasado ya? ¿Y esta noche? Pues miren, les juro que no tengo ni idea de lo que voy a hacer y de que uña me voy a jalar. Pero lo que sí sé, lo que tengo claro, es que tengo abrazos dedicados para mucha gente si logramos al final la victoria. Una Copa es mucho para cualquier valencianista y para un valencianista veterano como yo es un canto a la alegría inmenso en todos sus conceptos. Tengo claro que sí, que hoy podemos ganar y luego, por tanto, celebrar a lo bestia la victoria. Y también tengo claro de que todos los que vivan este triunfo lo hagan suyo el resto de sus días. Ganar un título para un equipo como el Valencia es ganar mucho, una animalada. Y así las cosas, hablando de animaladas, yo lo pienso celebrar a lo bestia, como un animal enorme, por todos ustedes.