La movida está ahí, triste, real y algo sorprendente. E inesperada en tiempo y forma. Pero sí que existe y marca de alguna forma el devenir del Valencia CF en los próximos días y en un futuro no demasiado lejano. Pués bien, antes de comentar el tema y de entrar en detalles, me gustaría lanzar un axioma que yo entiendo que es beneficioso para el Valencia y para los valencianistas. Se trata, aunque piensen que estoy loco, de que los jugadores sientan en sus carnes el empujón de todo el valencianismo que en este momento no tiene claro si quemar la falla o ir a la mascletà esperando el primer partido de Liga y los últimos amistosos de este extraño y peligroso verano. ¿Y? Pués que yo entiendo que ahora más que nunca los jugadores se tienen que sentir arropados, acompañados y apoyados de una forma unánime y sin escuchar ningún comentario interesado que no sea un aplauso mostrando a todo el mundo su más inmenso apoyo a esos que se visten de corto y que de alguna forma, o de todas las fomas, representan como nadie a un equipo al que queremos una barbaridad.

Y luego está lo otro, lo de Alemany y Peter Lim y su Peter Limcumbre en Singapur y yo en este tema tengo una discusión interna porque en todo este lío, de alguna forma, entiendo a los dos sin cortarme un pelo. Ambos poseen argumentos suficientes para que tengan mi voto. Miren, por un lado, quizá el más querido y cercano, tenemos a Mateu Alemany, con la máxima naturalidad. Y Alemany -al que aprecio un disparate- no ha valorado como debía las intenciones de un propietario que en el Valencia CF no es otro que Peter Lim, que nos puede caer de pena, pero que sin duda es el amo del calabozo y el propietario de la mercantil Valencia Club de Fútbol SAD. Quiero decir con esto una cosa, aquí manda Lim y conviene escuchar lo que propone Peter Lim, te guste más o menos. Y eso lo sabe Alemany y también sabe que por momentos, o por ser muy querido por todos, ha podido manejar junto a Marcelino la entidad sin ningún tipo de problemas porque el máximo accionista se lo ha permitido. Mi resumen en toda esta triste historia es claro y meridiano. Si Alemany hubiera sabido en tiempo y forma convivir con Peter Lim, como profesional con el culo pelado que es, en estos momentos podríamos mirar al futuro con cierta tranquilidad y sin tanto follón como nos rodea. Mi corazón está con Alemany, pero también entiendo el cabreo de Peter Lim que a la postre es el que ha puesto el dinero y, por lo tanto, el propietario del Valencia CF muy por encima del propio Alemany y del entrenador.

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