Es curioso lo de este futbolista. Llegó al Valencia CF con una timidez galopante, incluso le daba cierto vértigo saltar a jugar al viejo y encantador coliseo de Mestalla, hasta que poco a poco, con el paso de los años y ampliando su repertorio futbolero, que es realmente descomunal en cuanto a conocimiento, aplicación y madurez, se fue haciendo fuerte en el equipo. Y lo que es más importante, también él comenzó a creer en sus propias fuerzas y en su propia determinación. Y ahí está. Hoy en día es el capitán del equipo a todos los efectos y de alguna forma también es el hombre que en el tunel de cualquier vestuario reune al grupo para dar las últimas intrucciones antes de jugar un partido complejo o en el descanso del mismo. Y les pongo un claro ejemplo. En la última final de Copa, esa que el Valencia CF le ganó bien ganada al FC Barcelona, pude observar una imagen poco habitual de un hombre que porta galones dentro y fuera del terreno de juego. Cuando el Valencia marcó el segundo gol, cuando Rodrigo hizo diana gracias a esa extraordinaria asistencia de Carlitos Soler, Parejo levantó los brazos, festejó el tanto como merecía ser festejado, pero instantes después, solo unos pocos instantes después, pidió a sus compañeros cabeza fría, tranquilidad, y bajó los brazos aparcando su alegría para dar paso a su reacción particular y hacia todos después de adquirir esa gran ventaja ante el Barça.

A mí eso me llamó un disparate la atención. Parejo estaba jugando esa final, se emocionó como todos, pero segundos después se entregó al raciocinio, pidió templanza y cabeza a todos sus compañeros de equipo. Y fue un instante fugaz, pero un instante que define a la perfección cómo funciona la cabeza de un líder dentro y fuera de los terrenos de juego. Y eso tabién está pasando ahora.

El Valencia ha sufrido un golpe moral -seas defensor de la corriente que sea- del que le costará salir con buena cara y buenas sensaciones para el futuro. Y es ahí donde, pase lo que pase, Parejo tiene un papel fundamental esta temporada dentro del equipo. Es un tipo querido y respetado por todos, y con un ascendente sobre los nuevos o los nóveles realmente notorio. Y es por esa razón, por el poderío de Parejo de puertas adentro, por donde más podemos valorar su trabajo de cara a la próxima temporada que va a empezar en los próximos días. Y así discurre la historia. Un tipo al que le daba cierto apuro saltar a Mestalla cuando era suplente y empezaba en el Valencia CF, ahora debe ser el encargado de goger del brazo a todos aquellos que tiemblen en el tunel de vestuario y de sacarlos al campo a partirse la cara igual que se la parten todos los veteranos del equipo.

Y así es Parejo y ahí radica su tremenda importancia esta campaña. Un tipo que empezó nervioso en el Valencia puede ser el encargado de administrar calma y raciocinio. Un mundo complejo, como se puede comprobar, pero real.

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