Parece tonto, pero no lo es. Hoy juega el Valencia CF y las aguas no pueden bajar más revueltas y liadas. Y tal y como está el tema, complicadísimo la verdad, hoy va a ser más titular del equipo Marcelino que ningún otro jugador del Valencia CF. El técnico de alguna forma se ha revelado ante el poder que sale de Singapur y de su planteamiento van a depender muchas decisiones en el futuro. Una cosa está clara. El Valencia sí puede ganar al Celta y si el personal se centra de verdad en lo que se tiene que centrar el partido no debería ser más que eso, un simple duelo de Primera División, pero sin nada en juego que no sean los tres puntos en litigio. Ahora bien, por sus últimas delaraciones da la impresión de que Marcelino se rebela ante el poder de Singapur y es capaz de hacer cualquier cosa durante el duelo. Yo a Marcelino le recomendaría calma y que piense en serio que en cualquier club de fútbol manda el máximo accionista y no el entrenador de turno que esté al frente del equipo.

Las últimas palabras de Marcelino parecen invitar a pensar que lo que pretende es largarse y que lo tiren a las primeras de cambio. Hacer una especie de pulso en las ruedas de prensa en contra del máximo accionista de la mercantil -obviamente digo de Peter Lim- no da la impresión de que sea el camino correcto para su continuidad. Y yo, al margen de que me guste o disguste Marcelino, sí tengo claro de quién es el club y quién toma las decisiones. Y en ese punto, como ha pasado a lo largo de la historia, Marcelino está en una situación deficitaria hacia el club que entrena. Aquí manda Peter Lim y se hará lo que quiera Peter Lim aunque a Marcelino o a quién sea no le guste nada. Repito lo que ya he publicado estos días. El Valencia fue vendido por Bankia a Peter Lim por la sencilla razón de que era quién más méritos positivos tenía para que el banco cobrara todo lo adeudado.

Y en ese aspecto, les guste o les saque de los nervios, Peter Lim si que está cumpliendo a la perfección con el banco y eso le otorga la propiedad sin la más mínima discusión. Y sí, Peter Lim fichó en su época a Marcelino y ese fichaje no implicaba ni implica que Marcelino pueda hacer en todo momento lo que le dé la gana. Por eso el partido de hoy tiene una doble lectura francamente importante. Nos jugamos tres puntitos como equipo y nos jugamos la credibilidad en el proyecto. Marcelino sabe lo que quiere la empresa que domina el accionariado del club y lo que le molesta al accionariado del club. Y en ese aspecto por eso es casi más importante las decisiones que tome hoy Marcelino que el partido en sí mismo. Y lo cierto, analizando la complicada situación por la que está atravesando el Valencia, es que da la impresión de que Marcelino lo que pretende hoy en Vigo es hacerle un guiño al propio Marcelino más que a la entidad que le tiene contratado. Veremos qué sucede. Pero tiene muy mala pinta.