El fútbol tiene algo de canalla que nos atrapa desde nuestra más tierna infancia, pero que nos deja disfrutar poco a poco de las grandes gestas conseguidas. Lo del Valencia en la Champions -esa victoria tremenda en el campo del Ajax- ya es casi pasado si nos ponemos el traje del murciélago y pensamos que este domingo tenemos un nuevo partido de Liga, aunque en este caso deberíamos hablar de partidazo de Liga ante un Real Madrid que como siempre se le tiene unas ganas tremendas en el viejo coliseo de Mestalla. Y habrá ovación justa y merecida para los hombres de Celades -con Celades incluido, por supuesto- y esperemos que esa ovación se convierta en una fiesta al final del duelo celebrando ya casi con horario de lunes una victoria especial ante un Real Madrid que no te piensa regalar nada. Y así es el fútbol y así de rápido funciona.

Una victoria espectacular y tremenda pasa de alguna forma a un segundo plano tan solo unos pocos días después. Y esa es la grandeza de este deporte y eso es lo que provoca que en su seguidores -yo mismo- las alegrías y las penas pasen por tu vida como deprisa y corriendo sin darte tiempo a saborear los éxitos con toda la calma del mundo e incluyendo todos esos matices inmensos que te rodearon en su momento. Por eso este duelo contra el Real Madrid nos va a hacer olvidar por un instante ese enorme triunfo ante el Ajax, pero yo lo que espero y deseo a partes iguales es que nuestro viejo y entrañable coliseo se convierta en una fiesta del fútbol de esas que provocan que nuestros más jóvenes seguidores, me refiero a esos que son del Valencia pero que nunca han vivido algo semejante, disfruten a lo bestia de lo que va a acontecer este domingo por la noche y sientan que sus colores, su equipo, pase lo que pase luego en el partido, se merece una ovación como una casa y un cariño de esos especiales que luego te acompañan a lo largo de toda tu vida. Y yo me apunto. Lo que hizo el Valencia en casa del Ajax es difícil de olvidar y más difícil de vivir. Y esas cosas las esconde el fútbol y solo pasan cada cierto tiempo, pero cuando pasan, como ha sucedido ahora, te dejan marcado de por vida y siempre tendrás en el hueco de tu cabeza un recuerdo especial que rememore ese duelo.

Y vienen los de Zizou

Y sí, por cierto, ya saben que después de la fiesta de todos los seguidores del Valencia tenemos un partidazo contra uno de esos equipos que siempre ponen en pie a la gente en Mestalla. Viene el Real Madrid con Zidane en el banquillo y eso significa que tras los aplausos por la gesta ante el Ajax debemos seguir aplaudiendo a los nuestros pase lo que pase en ese partido de Liga. Y por cierto, y solo como recordatorio, me acuerdo que Zidane debutó con el Madrid en Mestalla y yo titulé: «Ni Zidane, ni Zizou, Ni Zinedine... par empezar ¡¡¡Vizentín!!! Y les ganamos a lo bestia.

Más artículos de opinión de Vicente Bau, aquí.