Es curioso esto del fútbol. Evoluciona a una velocidad de vértigo y cambia de forma endiablada en un visto y no visto. El partido de esta noche en Pucela enfrenta a dos equipos históricos de nuestra Liga y lo curioso del caso es que ambos equipos han caido en manos casi impensables hace unos puñaditos de años.

Que el Valladolid, ciudad castellana cuna del lechazo y la buena gramática, sea un equipo comandado por un tipo como Ronaldo no deja de ser sorprendente. Ahora bien, lo más curioso del caso de esta noche es que ese equipo encabezado por Ronaldo mide sus fuerzas contra un equipo que está en manos de un tipo de Singapur como Peter Lim. Y el resumen es claro. Un Valladolid-Valencia de alguna forma acaba siendo un duelo entre un equipo con mandos en la mano de un brasileño contra otro equipo con mandos en la mano de un tipo de Singapur.

Un duelo clásico de hace unos poquitos años ha evolucionado de forma a lo bestia en la misma medida que evoluciona el mundo en general. Y miren, el fútbol, en el fondo, tal y como es desde siempre jamás en su fuero interno, esconde una verdad que es del todo impepinable. Ronaldo puede mandar en el Valladolid... pero el Valladolid es de la gente de Pucela y de sus aficionados. Y Peter Lim puede mandar en el Valencia... pero el Valencia, de alguna forma, será siempre patrimonio de los valencianistas y de la gente que quiera al Valencia. Así las cosas como ven este duelo esconde en su interior una lucha entre un brasileño que fue futbolista famoso contra un millonario de Singapur al que le hace gracia el fútbol y sus consecuencias.

Ahora bien, la realidad me indica otra cosa. La realidad es cabezona y a mi me dicta que el equipo de un tal Javier Sierra recibe al conjunto de otro tal Vicente Sanchis en el estadio de la pulmonía -como se conocía por todo el mundo al campo del Valladolid- y vaya usted a saber que va a pasar aunque yo debo ser sincero y apostar a favor de la escuadra de Vicente Sanchis -nunca Sanchís como dice la gente por Madrid- y confiar en que la escuadra de Javier Sierra caiga de forma indisimulada. Se preguntaran ustedes quienes son Javier Sierra y Vicente Sanchis y a santo de qué recurro a ellos para este artículo. Y yo se lo voy a decir de forma directa e indisimulada. Sierra y Sanchis son dos tipos imaginarios que han heredado el amor a los colores de su alma de su abuelo materno y que ambos son seguidores confesos del equipo al que han pertenecido casi desde que nacieron. Sierra no es nadie en concreto y sí que es cualuiera de esos aficionados de la escuadra de Pucela de toda la vida. Y con Sanchis me pasa lo mismo. Un valencianista que quiere a su equipo heredado de sus progenitores y que lo que espera para esta noche es que la escuadra blanquinegra venza sobre el terreno de juego al conjunto albivioleta y que los tres puntitos en litigio acaben en Valencia de forma indiscutible... sea el Valencia de quién sea.

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