No es un partido más, un partido como otro cualquiera. El Valencia se juega parte de sus aspiraciones de seguir creciendo en la Liga y acariciar esos puestos que luego dan lugar a que puedas jugar la Champions y lo hace en casa del tercer clasificado, todo un Getafe que puede arrastrar manías y malas rollos por su juego duro y violento, pero al que debemos reconocer que es un equipo modesto que siempre sabe lo que hace y que además sabe competir a lo bestia en cada partido que juega. El Getafe es un rival incómodo y más si actúa,como es el caso, en su propio estadio. Ahora bien, si el Valencia cumple con su guión establecido, si los jugadores salen a jugar como realmente saben y se dejan de jugar a verlas venir, una situación por cierto que no conduce a nada positivo, pueden sacar un buen resultado del Coliseum Alfonso Pérez y escalar alguna posición en la tabla que permita observar el futuro de la escuadra de Celades con cierto optimismo pensando nada más en el futuro inmediato y en su suerte en esta Liga española que se presenta como siempre dura y apasionante. En cambio, si el Valencia CF sale medio dormido y especula con el resultado lo podemos pasar francamente mal e incluso encajar una derrota que nos conduciría de cabeza a cierto aire de pesimismo después del duelo copero ante el Granada y de nuestra despedida de esta Copa del Rey que se presenta más natural que nunca. El Valencia, y en este caso también Celades, lo tiene todo en su mano para recuperar sensaciones positivas y centrarse en lo único que vale en el fútbol que no es otro cosa que ganar el partido inmediato y ese afán por sacar siempre un resultado positivo te enfrentes contra quién sea. Sabemos, eso sí, que el Getafe cuenta con el apoyo de toda la prensa de Madrid -que es casi toda en general- y que ese apoyo siempre le sirve al Getafe para confiar en sus propias fuerzas y en plantar cara al rival sin importarle su nombre y la teórica fuerza que arrastre. El partido hay que tomárselo a tope desde un principio -al Valencia le están pesando un disparate esos tantos que encaja en los primero minutos, y ya son bastantes- y estar concentrados en el duelo desde que el árbitro mande el comienzo del partido. Y demostrar que somos el Valencia y el Valencia, todo junto, es muy difícil de batir e incómodo para cualquier equipo. Ahora bien, también se trata de ser incómodo para el árbitro de turno y para los encargados de ese VAR que curiosamente siempre falla sin concesiones en contra de nuestro Valencia en momentos puntuales de cualquier partido. Y ojo, ese VAR, además, suele mimar a lo bestia al Getafe. Recordemos esas manos de Cucurella en Mestalla.