Goleada de escándalo, pero goleada justa de un equipo divertido y con riesgo ante un Valencia que defendió absolutamente de pena y que encima erró e forma grave y lamentable casi todas las ocasiones que le permitiçóen vanguardia la escuadra italiana. Un 4-1 es un resultado prácticamente determinante y premia al equipo que mejor fútbol practicó, divertido en muchas ocasiones, sin ningún rigor defensivo, pero marcando goles con una facilidad pasmosa ante un Valencia desangelado y triste. El equipo de Celades acusó a lo bestia sus bajas en defensa y erró una vez tras otra en el ataque ante una escuadra italiana que no se preocupa de defender. Maxi Gómez, en este apartado, estuvo de pena, francamente horroroso, y desperdició un buen puñado de ocasiones claras de poner en algún apuro a los italianos. Esto es muy difícil de remontar.

Sí quisieron

Y lo cierto de este duelo enloquecido es que solo hubo un equipo con ganas y trabajo para llevarse el duelo y ese fue la escuadra italiana de la Atalanta, que hace un fútbol divertido y desorganizado según los cánones que nos rigen a todos, pero que con ese fútbol se divierte y hace sentirse orgullosos a sus seguidores.

Un desastre

Y por contra los italianos se encontraron con un rival en octavos de la Champions que demostró que no está capacitado para estar a este nivel en Europa. Vale,sí, el Valencia tenía muchas bajas, pero con todo y con eso propuso un fútbol suicida desde el minuto uno que la Atalanta agradeció marcando goles por un tubo. Celades debe pensar ya en la Liga y olvidarse, con cierta vergüenza, del suelo europeo. El Valencia fue una absoluta vergüenza de equipo y regaló mil espacios en su zona defensiva que la escuadra italiana agradeció con un montón de goles tanta generosidad. Un desastre, en suma, y un nuevo palo enorme para una afición, la valencianista, que no se merece padecer semejante bochorno.

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