Eran las doce de la mañana, estaba en mi casa como todos estos dramáticos días y no paraba de darle vueltas a la cabeza pensando en qué escribir y además haciéndolo prontito para que en el periódico pudieran ir avanzando la edición que tienes ustedes en sus manos, en la que veo a toda la redacción haciendo un enorme esfuerzo, un trabajo extra que todos debemos agradecer por la entrega, la información y el entusiasmo. Son días difíciles y complicados y yo no paraba de darle vueltas a la cabeza pensando en escribir algo que a todos ustedes les alegre y sirva de estímulo. Y en esas estaba cuando llegaron las doce de la mañana y así, casi en un visto y no visto, sonó en el balcón de mi casa la sintonía de ‘Paquito el chocolatero’ que me produjo una alegría tremenda. Fue un momento para las bandas de música, para sus intérpretes y reconozco que al escuchar la melodía a través del balcón no pude evitar derramar un puñado de lágrimas de puro cariño.

Mi enhorabuena

Y les soy franco, viví esa música casi como si el Valencia CF hubiera marcado un golazo en uno de esos días grandes de fútbol y ese momento de alegría es muy difícil de explicar y casi imposible de trasmitir en unas líneas. Y sí, ‘Paquito el chocolatero’ me arrancó unas lágrimas de afecto y vibré junto a muchos vecinos a los que no conozco de nada al escuchar la melodía. Y luego aplaudí a lo bestia. La melodía me tocó la fibra y me arrancó unas lágrimas acompañadas de un cariño tremendo. Y oigan, ya no lo puedo evitar, pero lo que sí espero, lo espero ya casi con urgencia, es que en cuanto regrese la competición a nuestro entrañable Mestalla con todo medianamente superado, la banda invitada por el club a ese partido nos dedique un ‘Paquito’ y nos transporte a sentir lo mismo que sentí asomado al balcón de mi casa.

Entrañable

Les puede parecer tonto lo que les cuento, pero les aseguro que lo viví con la misma intensidad y pasión con la que vivo cualquier partido oficial del Valencia cuando juega en su coliseo de Mestalla. Fue un instante mágico, algo bobo por mi parte, pero en ese instante se agolparon multitud de recuerdos junto a un cariño formidable. El fútbol es mi vida y ese ‘Chocolatero’ o ‘Xocolater’ o como todos ustedes lo quieran llamar es parte de nuestra vida y de nuestra historia. Y escuché la música y fue algo parecido a cuando de pequeño vibraba con algún golazo de un Mario Alberto Kempes que siempre ronda en mi cabeza también en estos días de encierro y pandemia.

Y fue precioso

Vale, sí, parece que estemos todos los días asomándonos al pasado y recordando casi toda nuestra vida. Y en el fondo es hermoso. Metido en casa, jugando o intentando hablar con mi familia, soñando con algún partido de esos del pasado que te lleva directamente al éxtasis y a la gloria, fue cuando sonó nuestro ‘Paquito el chocolatero’. No sabía muy bien lo que escribir en este día de Sant Josep, pero les aseguro que mientras me seco las lágrimas vuelo con la imaginación a Mestalla y vibro a lo bestia con alguna proeza del Valencia CF. Mis clásicos son así... y yo lo sentí sinceramente. Fue un golazo de ‘Paquito’. Y amunt ‘Paquito’, todo resultó emotivo y hermoso.