Cuando digo toda la gente de sanidad me estoy refiriendo a un montón de personal que no para de trabajar para todos nosotros, el resto de los mortales. Por gente de sanidad incluyo a médicos, ayudantes, camioneros, limpiadores, personal que cuida de nosotros -pienso en todos y pido disculpas si no nombro directamente alguno, pero es más por mi propia inoperancia que por un olvido voluntario- y rompo una lanza enorme a favor de ellos, que son los que están dando la cara en toda esta pandemia en su propio nombre y en el nombre de todos los favorecidos con su cuidado.

Están en ‘pelotas’

Y sí, cuando hablo de la gente de sanidad me estoy refiriendo a una parte de la población que cuida a lo bestia de todos nosotros, muy especialmente de los enfermos y los mayores, y encima lo están haciendo con unas condiciones laborales de alto riesgo, sin el material necesario para tener cierta seguridad en sí mismos en tiempos tan delicados y tan absolutamente desconcertantes para el resto de los mortales, ellos incluidos naturalmente. Y bien, en estos momentos en que estamos todos de alguna forma protegidos en nuestras casas es una vergüenza que la gente que está dando la cara todos los días no lo haga con unas condiciones que, diga la gente o los políticos lo que les dé la gana, no son para nada salubres, no pueden hacer su trabajo con todas la ley sino que lo hacen con una exposición a lo bestia hacia este virus que no para de darnos un disgusto tras otro.

Y me quedé pensando

Ayer era un día frío, tristón, sin nadie en las calles y con una sensación de desequilibrio brutal en todas las partes de esta nuestra sociedad que en estos momentos se encuentra francamente en el peor escenario que recuerdo. Enfermos por doquier y una infinidad de personas que se quedan sin trabajo y con los brazos cruzados, sin tener ni idea de qué hacer ni hacia dónde tirar. Y miren, les pido perdón si les ofendo con mis afirmaciones, pero yo que soy periodista deportivo valenciano y que por lo tanto tengo en mi firmamento el nombre de Kempes como mi gran ídolo para el resto de mi vida, he llegado a una conclusión que ahora les cuento y que espero que compartan conmigo.

Todos ustedes

Kempes sigue siendo mi ídolo, mi gran ídolo al que ya pude entrevistar de nano cuando daba mis primeros pasos en el periodismo y él iba a entrenar a Paterna. Y sí, ahora pienso en Kempes, en lo que representa para mí, y de nuevo regreso a la realidad para indicarles, así sin cortarme y entiendo que haciendo una justicia que todos se merecen, que en estos duros momentos que estamos viviendo he llegado a la conclusión de que mis nuevos grandes ídolos -vale, sí, respetando también a Kempes, pero poniendo en valor la realidad-, mis nuevos Kempes, son todas las personas que de una forma u otra trabajan día a día y normalmente en unas condiciones muy poco recomendables por la salud de los demás. A ellos les dedico estas líneas y les entrego mi admiración de manera rotunda. Son mis ídolos actuales... y se merecen todo el respeto y cariño del mundo.