A Michael John Robinson lo conocí en persona hace ya muchos años, cuando yo estaba en el Valencia CF, y siempre me dejó una huella imborrable y cariñosa. Su carácter y su sonrisa, junto con unos análisis plenos de fundamento pero sin ninguna maldad, han sentado cátedra en nuestro panorama futbolero. No conozco a nadie que no sintiera un cariño especial por este tipo que nos ha dejado así, de repente, inundándonos a todos de tristeza. Yo, pese a eso, voy a recordarles una pequeña anécdota que me contó él en su día y que es del todo encantadora. Vamos.

En el Liverpool

Robinson jugaba en un equipo de prestigio en Inglaterra, en el todopoderoso Liverpool, cuando un equipo español se percató de su juego y pese a ser un conjunto de economía modesta decidió por aquel entonces salir a fichar a ese delantero británico del que pensaban que iba a venir muy bien para el juego del equipo. Y sucedió, Osasuna, mejor dicho Atlético Osasuna.

Su simpatía

Rápidamente llegaron a un acuerdo para que el bravo delantero británico defendiera los colores del equipo navarro, pero nadie cayó en la cuenta de lo que pasaba en aquellos momentos por la cabeza de Michael Robinson, y que hoy ciertamente nos hace sonreír. En aquel tiempo obviamente no existía internet y para un futbolista inglés de pura cepa como él comprender dónde se encontraba un lugar llamado Osasuna fue un asunto francamente complicado y hasta divertido. Les cuento.

No sale en el mapa

Robinson tenía claro que se iba para España y que había fichado por un equipo de nuestra Primera División, pero no tenía ni idea de dónde estaba ni de cómo podía encontrar en algún mapa la situación de una ciudad de España llamada Osasuna. Y no, obviamente no lo encontraba por ninguna parte. Miraba un mapa tras otro y en ningún mapita de entonces aparecía la palabra Osasuna y por lo tanto resulta que el bueno de Michael sabía que había fichado por un equipo español, pero no tenía la menor idea de dónde se encontraba en nuestra geografía. Y sí, hoy todo Pamplona y todo Osasuna llora tan doloroso pena que nos invade a todos cuantos le conocimos. Se ha ido un tipo enorme y muy querido, pero en mi recuerdo siempre aflorará son enorme sonrisa. DEP

Muere Michael Robinson a los 61 años