Son los dos máximos responsables de nuestro fútbol profesional y la tirantez entre ambos es tan evidente que de esa guerra puede salir lastimado cualquier equipo de Primera División. Uno, Tebas en este caso, sí quiere concluir LaLiga aunque obviamente con unas fechas apuradas y complicadas. El otro, hablo de Rubiales, no le hace ascos a acabar la campaña actualmente pero incluso el Presidente de la Federación tomaría una decisión ridícula dejando al Valencia CF, aunque no se haya jugado esa final y por lo tanto no le asista ningún derecho.

Rubiales está solo

RubialesLa decisión de Rubiales, absurda e incompetente y en el caso que nos ocupa incluso perjudicial para el Valencia, la ha tomado él solito por la cara y se da la circunstancia de que es el único presidente de una Federación europea que ha decidido tamaña ignominia para el deporte y para el fútbol en general. Rubiales se ha quedado más solo que la una en una decisión francamente criticable. Podría darse el caso de que el fútbol se diera ya por finalizado, pero clasificar para Europa a los dos finalistas de la Copa sería un insulto a la razón más fundamental.

Tebas a lo suyo

Y en este caso le tengo que dar toda la razón al hombre que nos recomendó a Peter Lim para el Valencia. Tebas es partidario de jugar hasta el final la competición -sin público,eso sí- y mantener el mismo sistema clasificatoria que rige en la actualidad. Es decir, Tebas se opone a la cacicada de Rubiales y de alguna forma con su decisión, una justa decisión por otra parte, no perjudica al Valencia CF ni guiña un ojo al finalista vasco de esa final de Copa.

Voy a esperar

Tal como están las cosas yo voy a esperar acontecimientos y fundamentalmente deseo que el coronavirus no se convierta al final en el gran protagonista de la Liga por estupideces varias. Insisto, me voy a quedar tranquilo y a la espera. Ahora bien, a fecha de hoy, y tal como se están produciendo los acontecimientos, no me queda más remedio que el de mirar con mala cara al presidente de una Federación al que no se le ocurre ninguna buena idea.