He estado de control médico unos días y eso me ha permitido, casi obligado, a darme una vuelta todos los días por las redes sociales para observar y empaparme de como anda el aficionado al fútbol. Y debo decir que sí, que es una delicia como el personal ha tirado de imaginación en estos días de crisis para recodar momentos históricos y alucinantes del Valencia, de un Valencia triunfante, y que han sucedido hace muy poquitos años. Hemos pasado de ser un equipo guerrero y campeón a otro equipo que busca definirse sin tenerlo nada claro.

El dtealle de Benítez

Y por cierto, recordando fechas memorables y observando bien todo lo que ha sucedido desde entonces me viene a la cabeza una conversación con Rafa Benítez justo cuando se marchó del Valencia CFy se encontraba por tierras gallegas dándole vueltas al coco. Hable por teléfono con Benítez, le dije que sería muy interesante que hiciera una entrevISta para SUPER, él me contestó que vale, que nos poníamos de acuerdo y que fijábamos fecha para esa entrevista.

Montoro, dispuesto

El actual y muy trabajador director de SUPER, me refiero a Julián Montoro, habló conmigo y ya casi lo tenía todo preparado para iniciar ese viaje en busca de Rafa Benítez y hacerle una entrevista de esas redondas con todos los temas pendientes que se cocían por Valencia esos días. Hablamos Julián y yo y quedamos de acuerdo en que la entrevista tenía que girar en torno a Manuel Llorente y a ese David Albelda que se alegró un disparate con la marcha de Benítez del Valencia. Se trataba de hablar de todo y de hablar a fondo. y así estaba previsto.

Escucha Rafa...

Al día siguiente de haber quedado para hacerle la entrevista hablamos por teléfono para concretar el momento y el sitio y Benítez me dijo de golpe y porrazo que vale, que sí, pero que él solo iba a hablar de un Manuel Llorente que según su opinión era el responsable directo de que se fuera del Valencia. Yo le dije que vale pero que también quería hablar de esa alegría de jugadores como Albelda de su marcha. Y Benítez fue rotundo. Llorente y solo Llorente. Y yo le dije que todo o nada de nada. Y se quedó en eso, en un nada de nada. Montoro se quedó en Valencia y Benítez en este su diario no pudo explicar su manía brutal hacia Llorente. Pero así sucedió. Y es digno de recordar.

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