El Valencia CF visita el campo del Villarreal y lo hace muy mediatizado por la pésima gestión de un Peter Lim que parece haber perdido el interés por gestionar este club de la manera que su historia y grandeza merecen. Y da la casualidad que el primer partido después del tsunami del mercado de fichajes es contra el equipo de Fernando Roig, que francamente está llevando a su club por un camino muy distinto, casi produce hasta envidia, y con una plantilla que además está plagada de valencianistas que en su día hicieron las maletas y se fueron del Valencia.

La imagen

El equipo que dirige Javi Gracia -y lo dirige porque no ha querido poner el dinero para pagar su rescisión de contrato- está en un momento de desconcierto notable. Los cálculos a largo plazo apuntan a que este equipo debe mantener como sea la permanencia y eso pasa por ir sumando puntos allá por donde pase. Es una realidad, el Valencia CF tiene hoy en día un equipo muy justito, no figura en las apuestas para nada importante, y quizá el punto clave para que el equipo rinda más o menos bien es que los jugadores crean al cien por cien el menaje que trata de enviarles el entrenador.

Amarillos

Por contra, el Valencia tendrá enfrente este domingo un equipo que ha tenido tropiezos, pero que tiene una plantilla bien estructurada y un entrenador como Unai Emery, que siempre suele sacar partido a los equipos que dirige. El cuadro amarillo, insisto, cuajado de exvalencianistas, le tiene muchas ganas a este partido, y si el Valencia CF no espabila puede salir escaldado del estadio de la Cerámica. Valencianos contra valencianos en un duelo que no invita a pensar, así a priori, es un cómodo resultado para el Valencia.

Estilos

Y lo curioso del caso es que se van a enfrentar el teórico pequeño contra el supuestamente grande, pero en este caso parece que las aguas bajan revueltas y la historia casi que la podemos escribir al revés. El Villarreal que acude al campo de su rival con el cartel de perdedor de antemano por mucho que nos duela. Yo voy con el Valencia CF y respeto a los amarillos, pero ojalá el Valencia estuviera conducido igual que el Villarreal, que obviamente no lo está.