No le demos más vueltas. Aplaudo a lo bestia a los jugadores del Valencia CF, pero sé que eso es insuficiente para doblegar a un Valencia CFSevilla. Es más, bastante han realizado sobre el césped los jugadores de Gracia para darles una ovación final fuera cual fuera el resultado. La realidad me dicta que cualquier suplente del Sevilla hoy en día sería titular indiscutible en el Valencia y, por contra, ninguno de los suplentes del Valencia, y bastantes titulares, tendrían acomodo en el equipo andaluz.

La gran diferencia

Y no nos vamos a andar hablando de esta o aquella jugada. Toca hablar de verdad en la ruina de plantilla que el señor de Singapur ha dejado en manos de Gracia. Para jugar al fútbol en la Primera División española hace falta bastante más que la voluntad de tus propios jugadores. Y la voluntad la tienen y la exponen. Pero eso es muy poco para jugar en una Liga como la nuestra, donde todos los equipos están bien formados y bien organizados. A estas alturas de la Liga, observando y analizando cada partido del Valencia, yo no busco ya ninguna excusa ni pongo palabras contrarias a la realidad de lo que vemos en cada jonada sobre el terreno de juego. El Valencia quiere pero no puede. Y no puede sacar adelante los partidos porque tiene un equipo muy justito para la Primera División española. Le doy la enhorabuena a Peter Lim. El de Singapur ha conseguido lo impensable. Y lo impensable pero real es que este Valencia CF es muy poquita cosa.

Tremendo aplauso

No quiero acabar esta crónica sin dar a los jugadores que ayer palmaron contra el Sevilla mi abrazo más sincero. Se dejaron la piel en el campo, pero eso no es suficiente. Los jugadores trabajaron, se dejaron el alma en cada acción para acabar perdiendo una vez más. Veo que vamos a sufrir esta temporada. Ahora bien, estos jugadores, con su garra y su entrega, siempre me tendrán a su lado.

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