No me fío ni un pelo de Singapur

La realidad es tozuda y esta nos indica que este equipo ni gana los partidos ni parece saber cómo hacerlo

Después del bochornoso empate contra el Cádiz, bochornoso por el escaso juego desplegado por el Valencia CF, todo el mundo se ha llevado las manos a la cabeza y piensa en lo peor para este equipo de nuestros amores. Y la realidad es tozuda y esta nos indica que este equipo ni gana los partidos ni parece saber cómo hacerlo. Los jugadores ponen toda su garra en los partidos, ponen todo su interés, pero eso no es suficiente para luchar con cierta seriedad en la Primera División española.

Murthy no cuenta

Y en esas estamos, con un presidente incapaz de mover una mano sin que el dueño de este club, hablo de ese señor de Singapur que se llama Peter Lim, descuelgue el teléfono y le dé alguna orden a un Murthy que apenas cuenta para ser el presidente de verdad de un club a la deriva, como tristemente estamos viendo partido tras partido.

Solución compeja

Y ahora pueden salir a la luz los nombres de algunos jugadores como posibles refuerzos e incluso el nombre de algún entrenador que reemplace a Javi Gracia en el día a día del club. Pero todo eso cuesta dinero, y a eso se está oponiendo Peter Lim desde hacer un montón de tiempo. Y los nombres que salen como posibles fichajes -no me acabo de creer que acaben fichando a ninguno- tampoco son mejores de lo que ahora mismo tienes, unos jugadores que tristemente y por mucha voluntad que tengan, no les llega para dar una sola alegría a los aficionados del Valencia.

Gayà como ejemplo

Y ahora les cito a Gayà, posiblemente el futbolista más en forma del Valencia CF, que siempre cumple en los partidos, pero al que veo encabronado por la falta de contundencia de sus compañeros. Ojo, no digo que esté mosqueado con sus compañeros, digo que la bajísima calidad de la plantilla le está empezando a pasar factura psicológica. Una cosa es no querer, y en el Valencia CF los futbolistas sí quieren, y otra muy distinta tener capacidad para revertir la situación. El futuro se presenta bastante complejo. Y yo no me fío ni un pelo de Singapur.

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