Una noche se queda viendo series hasta las tantas y por la mañana, tras seis horas de sueño y un café rápido, corre al aeropuerto. Trabajará toda la jornada en otro país, recibirá y enviará en sus ratos libres unos 150 mensajes telefónicos y otros tantos en las redes. Responderá a todos. Procurará comer sano y beber agua pero al llegar la noche, en la cena con el equipo de trabajo, no podrá evitar saltarse las normas y pasarse con la comida y la bebida. No importa, mañana, ya de vuelta, hará un extra en el gimnasio.