No existe ninguna fórmula de éxito para una industria tan voluble y competitiva como la de la moda, pero puede que esta máxima sea la que más se acerca a esa utópica receta. Esto, al menos, es lo que explica el éxito de Claudie Pierlot: no, no se trata de otra marca bautizada con (ficticio) nombre francés para insuflar sofisticación a sus propuestas, sino del proyecto vital de una estilista que decidió materializar su criterio en prendas diseñadas por ella misma.