La intersección entre Broadway y Canal Street es la frontera imaginaria entre el Soho y Chinatown, o lo que es lo mismo, entre la zona cool de Nueva York y el área dedicada a las falsificaciones y los restaurantes baratos (al menos hasta que el gigante de la gentrificación termine de barrer el perímetro). En ese mismo cruce apareció en el mes de febrero un nuevo bazar. Nadie reparó en él, claro. Al fin y al cabo se trataba de un puesto como los demás: angosto, sucio, con toldo verde, prendas descolocadas y carteles de ofertas escritos con rotulador. Dentro, decenas de vaqueros, sudaderas y zapatillas marca Deisel. No Diesel sino Deisel. Una tienda de falsificaciones en toda regla que se escudaba en el error ortográfico para vender imitaciones a precios irrisorios...