Es la primera vez que me envío mensajes de whatsapp con alguien que supera los 600.000 seguidores en Instagram. También la primera vez que entrevisto a una supermodelo sin agentes de prensa ni representantes espiando la conversación. Y, por supuesto, es la primera vez que la famosa insiste en pagarle el café a la periodista y no al revés. Cuando llego al hotel donde transcurre esta entrevista, encuentro rápidamente a Monika Jac Jagaciak entre la multitud que puebla la barra del bar. Lleva mallas y camiseta, pero mide un metro ochenta. Es uno de esos prodigios de la genética (sus padres son atletas profesionales) que, en plena pubertad...