Se percibe alegre la voz de Julian Schnabel al otro lado del teléfono. De fondo, el agradable sonido de los más jóvenes de su clan, que le invitan a darse un baño antes de comer, en lugar de atendernos al teléfono desde México. “Pero la obligación va antes que el placer; no importa”. Pronuncia la frase en un perfecto castellano aprendido gracias a su segunda esposa, la modelo y actriz vasca Olatz López-Garmendia, con la que convive desde hace años en el West Village neoyorquino.