Llegará el momento en que se aburran y no quieran saber nada más de mí”, advierte Laura Escanes sobre la incertidumbre que provoca mantener el interés de sus seguidores y la saturación que supone haber convertido su vida en un negocio hiperlucrativo. “Soy comunicadora y esta es una manera nueva de hacer publicidad, y eso influye a mucha gente”, responde a una pregunta recurrente que, se supone, estará harta de responder. “Si eso se define como influencer, sí, soy influencer”, defiende desde la suite 19 del hotel CoolRooms Atocha, en Madrid, antes de acudir al evento de presentación de la campaña digital que protagoniza para la colección mó Jellyfish como embajadora de Multiópticas.