Visitar la inmensa nave industrial que acoge el estudio de Joana Vasconcelos, en un polígono cercano al centro de Lisboa, implica una certeza. La de su pertenencia a un reducido grupo de artistas internacionales que pueden trabajar a lo grande: ella, Ai Weiwei, Jeff Koons, Damien Hirst, Elmgreen & Dragset…, y no muchos más. Desde su amplio despacho en la cuarta planta, con una gran mesa de estilo nórdico, sin ordenador a la vista pero sí herramientas para el dibujo, dirige a un equipo de unos 60 trabajadores: montadores, electricistas y mecánicos, costureras, administradores y gerentes de producción, arquitectos y hasta cocineros.