La empresa especializada Security Dogs ha tenido la iniciativa de crear la organización benéfica Fundación Mariscal, con el cometido de donar perros adiestrados a víctimas de violencia de género para que les acompañan, garanticen su seguridad y disuadan al agresor. Además, la Fundación les ofrecerá a las víctimas cursos gratuitos para que se hagan a sus nuevas mascotas.Por ahora, se han donado 17 perros adiestrados.

La idea surgió hace siete años, cuando una víctima solicitó un perro de seguridad a la empresa matriz. La petición fue valorada, pero "se concluyó que este tipo de canes, por su particular adiestramiento, no era idóneo para el cometido que solicitaba y podía incluso llegar a suponer un peligro para ella o para terceros, por lo que se decidió iniciar una acción específica y se diseñó un nuevo sistema educativo canino para dar respuesta a la problemática específica de estas mujeres", según explica la organización.

Con este nuevo sistema de adiestramiento, los perros de protección (PEPOS) actúan como guardianes de sus guías disuadiendo al agresor, al tiempo que ofrecen tratamiento terapéutico derivado de los beneficios que proporciona la convivencia con ellos.

El período de generación del vínculo

Una vez asignado el perro, su nueva dueña deberá asistir a un curso de 20 horas para aprender las pautas básicas de control del animal. Este curso, de formación oficial de guía canino, es impartido por un centro de formación habilitado por la Dirección General de la Policía y está homologado para poder llevar un perro de seguridad.

La formación se complementa con otro curso específico sobre violencia de género y PEPOS de otras 20 horas y uno más de 210 horas de adiestrador profesional, con el que se adquieren destrezas para el manejo de estos animales.

"En total, 250 horas de formación siempre gratuitas y enfocadas al trabajo, entrenamiento y convivencia con el perro, tuteladas en todo momento por un equipo de profesionales que les facilita este aprendizaje y los conocimientos necesarios, proporcionándoles paralelamente cobertura legal".

Durante todo este periodo de formación se desarrolla entre mujer y perro un vínculo de confianza y protección, de tal manera que se convierten no solo en "sus mejores amigos", sino también en "sus mejores protectores".