Con la llegada del frío, muchos gatos que viven en las calles de las ciudades buscan refugio en aquellos lugares que les provean de calor. Los coches son uno de ellos. Los felinos logran introducirse en el capó del automóvil y acurrucarse junto al motor, con el consiguiente peligro cuando posteriormente arranca el coche. Por eso, la Policía Nacional advierte en su cuenta de Twitter de que "unos golpecitos en el capó" antes de encender el motor servirá para avisarles.