Si vives en uno de tantos hogares en los que la compañía canina es la alegría de la casa y sus paseos diarios se han convertido en una sana costumbre, seguramente estarás al tanto de los cuidados que debes tener para que tu perro esté seguro cuando sale a la calle.

En esta temporada primaveral, uno de estos cuidados tiene relación con la oruga procesionaria, cuya temporada estacional ha comenzado antes este año, apareciendo ya en pleno mes de febrero.

La procesionaria afecta gravemente a los perros, que en una fase inicial tras entrar en contacto sienten intensos picores y aumenta su salivación. No obstante, si el caso es más grave puede llevar a necrosarle diversos tejidos, provocarle inflamaciones e e incluso en determinadas situaciones llegar hasta la muerte.

Atento a estos consejos que pueden facilitar los paseos con tu perro para que permanezca sano y feliz sin temor a esta amenaza.

Observa los pinos

La oruga procesionaria aparece en la zona alta de los pinos durante el invierno y va bajando por el tronco en la etapa inicial de la primavera. Ahí se acaba enterrando hasta formar la crisálida, con la que se acabará convirtiendo en mariposa. Por ello, cuando pasees con tu amigo canino, debes tener cuidado en las áreas de pinares, porque es más probable encontrar ahí estas orugas.

Lleva al can atado

Cuanto más control ejerzas sobre él, más difícil será que acceda a una zona por la que pasen orugas procesionarias. Una correa que te permita ser tú quien mande y no el animal es todo un seguro en estos casos. Consigue una adecuada al tamaño y peso de tu perro y él estará más protegido.

Observa las señales

Si hay contacto, tu perro notará pronto las primeras molestias, por lo que observarás en él un comportamiento ligeramente anómalo, como sacudidas de cabeza o ademán de rascarse con las patas la nariz o la lengua. Además, puede presentar alguna rojez en la piel.. Estate atento a estos signos cuando no sean habituales en tu perro.

El agua, el mejor aliado

Si el contacto se produce y los primeros síntomas se dejan ver, deberás recurrir a echar agua abundante y fría por la zona afectada, con el fin de eliminar las toxinas que tu perro haya podido coger. No utilices cremas o pomadas. Ten siempre presente dónde puede haber una fuente de agua potable o lleva tu propia botella con agua del grifo para estos casos.

El veterinario, otra ayuda

Si ves que el animal está mal después de esta primera medida de alivio, o si se ha tragado una de estas orugas, debes acudir rápidamente al veterinario, que le ayudará con los medicamentos adecuados (puede usar corticoides o antihistamínicos). El porcentaje de perros que mueren por contacto con la procesionaria no es muy alto, pero sube notablemente cuando no recibe atención veterinaria rápido, especialmente si existe ingesta o riesgo de necrosis en la lengua.