¿Te duele algo? Pues atención al método que ha encontrado la Universidad de Greenwich (Reino Unido) para combatirlo sin necesidad de recurrir a ningún medicamento. Hará falta, eso sí, tener cerveza en la nevera. Porque según defiende el estudio llevado a cabo por este centro universitario londinense, beber dos vasos -bueno, dos pintas- de la espumosa bebida alivia el dolor de forma más efectiva que, por ejemplo, el paracetamol.

Al parecer, la explicación está relacionada con el alcohol. Los investigadores razonan que elevar la cantidad de alcohol en sangre a un nivel del 0,08% hace que el cuerpo aumente su umbral del dolor ligeramente. Lo que se consigue así es que la percepción del malestar se reduzca. Podría hacerlo en hasta un 25 %.

Según los científicos que han llevado a cabo el estudio, "el alcohol es un analgésico que contribuye a reducir significativamente la intensidad percibida del dolor". Los especialistas relacionan estos resultados con los casos detectados en los que pacientes que sufren un dolor agudo persistente caen en el alcoholismo. En ocasiones, estos enfermos abusan del alcohol como forma de alivio, pese a las consecuencias negativas que podría tener a largo plazo este consumo elevado de alcohol.

El coordinador de la investigación, el doctor Trevor Thompson, ha explicado al medio británico ´The Sun´ que el alcohol puede ser comparado en sus efectos a opiáceos como la codeína, paliativos todos estos "más potentes que el paracetamol".

Los investigadores no han sabido identificar el porqué de este aumento en el umbral del dolor. Podría deberse a que el alcohol afecte directamente a los receptores cerebrales o porque su consumo ayude a llegar a la relajación.

Sea como fuere, el estudio no asevera en ningún momento que el alcohol sea bueno para la salud y advierte de los efectos negativos a medio y largo plazo de consumirlo en exceso.