El calor del verano puede jugarnos una mala pasada y darnos más de un susto con los conocidos como golpes de calor. Hay que tener especial cuidado con los bebés y, sobre todo, evitar dejar al bebé expuesto en un lugar donde de el sol.
Sin darse cuenta muchas veces, o pensando en que va a ser sólo un segundo, algunos padres dejan a los niños intencionadamente solos en el coche mientras hacen recados, llegando a olvidarse de ellos. Según alerta la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante los meses de calor, la temperatura en el interior del coche puede subir de 10 a 15 grados en 15 minutos.
"El abrir las ventanas no significa necesariamente que disminuya ese ritmo de aumento de la temperatura", alerta. Por ello, hay que tener especial cuidado con los más pequeños porque, concretamente, la temperatura corporal del niño sube de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto, debido a la menor reserva de agua en el niño.
"La hipertermia puede ocurrir en un tiempo tan breve como 20 minutos y la muerte en 2 horas. Esto puede suceder en días con 22 ºC de temperatura, cuando el interior del coche puede llegar a 47 ºC. La mayoría de las víctimas por hipertermia tienen entre 0 y 4 años", añade.
El golpe de calor es el caso más grave de hipertemia. Constituye una urgencia médica extrema ya que aparece de forma muy rápida (unos minutos son suficientes), y de evolución fatal (puede ocasionar la muerte en un espacio de tiempo muy breve), si no se trata rápidamente. La razón: una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los distintos órganos.
En concreto, "el golpe de calor se puede producir en diferentes circunstancias. Por ejemplo, si se deja a un niño sólo dentro de un coche expuesto al sol o en general, si el niño está expuesto a situaciones con humedad y temperaturas elevadas, sin protección ni hidratación adecuada", avisa en una entrevista con Infosalus el doctor José Casas, jefe de la Unidad de Pediatría del Hospital Ruber Internacional.
Según indica, los principales síntomas del golpe de calor son la elevación de la temperatura corporal superior a 40ºC ( fiebre o hipertermia), alteraciones del estado de conciencia que pueden acompañarse de convulsiones y, a diferencia de la insolación, piel seca y muy caliente.
No obstante, también pueden aparecer otros síntomas precoces como:
Una gran proporción de las víctimas por hipertermia tienen entre 0 y 5 años. Debido a la menor reserva de agua de un niño, su temperatura corporal sube de 3 a 5 veces más rápido que en el adulto. Además, el aparato respiratorio de los niños, que aún se encuentra en desarrollo, los hace más vulnerables ante el agotamiento por calor.
En este sentido, desde la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) alertan de que los menores lactantes de un año son los que corren más riesgo de sufrir un golpe de calor. "Se cree que los lactantes son muy sensibles al golpe de calor. Se debe a la inmadurez del sistema que regula la temperatura corporal, a su alto metabolismo basal y a su incapacidad para librarse del exceso de abrigo", señalan.
De hecho, advierte de que si tienen menos de un año hay cierto desequilibrio en la correcta regulación de la temperatura. "La producción de calor por superficie corporal alcanza el máximo a la edad de 5 meses. En cambio, la capacidad para disminuirlo por sudoración se desarrolla más lentamente a lo largo del primer año".
En este sentido, el experto aconseja:
Finalmente indica que, en el caso de síntomas de golpe de calor, iniciar de inmediato el enfriamiento por métodos físicos:
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